El presidente de Conaprole, Álvaro Ambrois dijo ayer que la cooperativa cerró el ejercicio “con números negativos” al forzar el pago de primas a tamberos para mejorarles el ingreso.
¿Conaprole tuvo pérdidas en el ejercicio cerrado a julio de 2019? No. El balance de la cooperativa —que es público, ya que tiene deuda emitida en el mercado de valores— muestra un resultado con ganancias por US$ 57.441.542, un 2,3% inferiores que el ejercicio previo.
Al considerar solamente el resultado operativo (se excluyen los aspectos financieros), también hay una ganancia de US$ 63,4 millones, eso es 1,6% más que el ejercicio previo.
Ambrois, en diálogo con el programa Valor Agregado de Radio Carve, justificó que la empresa haya dicho ante la asamblea de los 29 —el máximo órgano resolutivo de la cooperativa— que tuvo pérdidas por US$ 10 millones, explicando que debió “forzar la prima que es un complemento de precio para mejorar el ingreso a los tamberos remitentes”.
Pero, el balance dice otra cosa. La cooperativa dio ganancias, no pérdidas. En el apartado 12.3 del balance auditado por PwC dice que el ejercicio finalizado el 31 de julio de 2019, “incluye US$ 67.380.498 correspondientes a partidas por prima socio cooperario”.
¿Esas partidas significan que Conaprole dio pérdida? No.
De hecho, en el ejercicio cerrado al 31 de julio de 2018 ocurrió algo similar, el balance dio ganancias y también hubo un partidas por primas socio cooperario por US$ 67.575.831. De hecho, el mismo balance menciona que “la asamblea anual celebrada el día 13 de noviembre de 2018 resolvió aplicar resultados acumulados” para “cancelar estos saldos adeudados por prima socio cooperario”.
Es decir, utilizó ganancias para pagar esas primas. Lo mismo que hará ahora. Esto no lo podría hacer si la empresa hubiera cerrado el ejercicio con números negativos.
Según Ambrois “se forzó el presupuesto por encima de lo posible” y dijo que se está haciendo “un esfuerzo tremendo” pero lamentablemente, “todos los esfuerzos no alcanzan para evitar lo que es doloroso y preocupante”, como lo es el cierre de tambos.
Explicó que “la cooperativa se fundó para el desarrollo de sus productores, pero lamentablemente, hay gente que va quedando por el camino. Eso es durísimo”.
Aún así y más allá del esfuerzo, los productores siguen reclamando mayor precio, pues si bien la primavera está ayudando en materia forrajera, las empresas lecheras cargan sobre sus hombros los gastos contraídos en el otoño para poder seguir funcionando. Ahora viene otra fase de desembolso económico: preñar las vacas, ensilar y enfardar pasturas para pasar el verano.
La crisis de la lechería persiste y según los datos, está cerrando un tambo a diario.
Sin embargo, “el escenario ahora tiende a ser un poco mejor”, consideró Ambrois en diálogo con Valor Agregado.
“Hay demanda en los mercados, bajaron los stocks y hay perspectivas mejores. Eso no es menor. Hay una diferencia marcada respecto a un año atrás a esta altura del año”, afirmo Ambrois.
La cooperativa apunta a China, donde recientemente concretó un negocio por 500 toneladas de leche en polvo y busca desarrollar mayor presencia en un mercado.
El gran problema que enfrenta hoy, al igual que las demás industrias, son los aranceles que pagan los productos uruguayos en los diversos mercados, salvo en los del Mercosur. Brasil fue un destino importante pero bajó su ritmo de compras y la desaparición de Venezuela, mercado que solventó la venta de quesos a más de US$ 5.000 la tonelada, se continúa sintiendo al momento de vender. Incluso con este país Conaprole tiene pendiente una deuda por más de US$ 30 millones que no pudo ser cobrada, más allá de las gestiones que se hicieron ante el gobierno uruguayo.