El conflicto por el cierre de la planta de Conaprole en Rivera abrió la puerta a una posible solución. La cooperativa está evaluando distintos caminos que permitan darle continuidad a la instalación, hoy paralizada, con el objetivo de destrabar la negociación con el sindicato y ofrecer certezas sobre su futuro.
Entre las opciones que se manejan figura la posibilidad de otorgarle a la planta un nuevo perfil productivo, diferente al que tenía antes de su cierre. Esta alternativa permitiría aprovechar la infraestructura existente y, al mismo tiempo, mantener una presencia industrial en la zona, algo que resulta clave para la economía local.
La situación ocurre en un contexto de fuerte tensión. El sindicato reclama garantías sobre el destino de los trabajadores y exige que la empresa se pronuncie con claridad respecto a los próximos pasos. En paralelo, el gobierno sigue con atención las conversaciones, consciente del impacto que este conflicto tiene en la principal industria láctea uruguaya y en la confianza del sector.
Más allá de las diferencias, la búsqueda de una salida para la planta de Rivera refleja la necesidad de alcanzar un acuerdo que equilibre la viabilidad empresarial con la estabilidad laboral, en un momento sensible para la cadena láctea del país.
Fuente: El País Uruguay