Un paro general en la industria lechera uruguaya enciende las alarmas en la cadena de valor, amenazando la producción y las exportaciones.
Un tenso conflicto laboral ha escalado en la industria láctea de Uruguay, llevando al sindicato del sector a declarar un paro general que pone en vilo a toda la cadena de valor. La disputa se centra en la principal cooperativa láctea del país, CONAPROLE, aunque las medidas de fuerza se extienden a todas las plantas de procesamiento. Esta situación genera una incertidumbre significativa, no solo para la producción interna, sino también para el cumplimiento de los compromisos internacionales de uno de los mayores exportadores de lácteos de la región.
El origen de la disputa radica en dos casos específicos de trabajadores: la suspensión de un empleado en la planta industrial N°2 de CONAPROLE y el despido de otro en diciembre, por el cual el sindicato exige su reintegro. Los representantes de los trabajadores han calificado la postura de la empresa como “confrontacional” y buscan con estas medidas presionar por una solución que, según ellos, respete los derechos laborales y la estabilidad de su plantilla.
Las consecuencias de esta paralización son inmediatas y críticas. La huelga afecta directamente la recepción y el procesamiento de la leche cruda, lo que genera una gran preocupación entre los productores lecheros de todo el país. La imposibilidad de entregar su producción diaria podría obligarlos a descartar el valioso insumo, causando pérdidas económicas millonarias que impactarían de lleno en la economía rural. La falta de un acuerdo rápido agrava la situación, elevando la tensión en el eslabón primario de la cadena.
Más allá del impacto local, este conflicto proyecta una sombra sobre la reputación de Uruguay como proveedor confiable en el mercado global. Un cese prolongado en la producción de productos como la leche en polvo o el queso, destinados a la exportación, podría resultar en el incumplimiento de contratos y la pérdida de mercados clave. En un contexto de alta competencia global, la interrupción de las exportaciones lácteas uruguayas podría tener efectos duraderos en el posicionamiento del país.
Ante la escalada del conflicto, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social ha intervenido como mediador, convocando a las partes a una nueva instancia de negociación. La búsqueda de un acuerdo es urgente, ya que cada día de paro no solo perjudica a la industria y los trabajadores, sino que también amenaza el suministro de leche y derivados para el consumo interno. El desenlace de esta situación definirá el futuro inmediato del sector, en un momento crucial para su estabilidad productiva y comercial.
Fuente: El País Uruguay