Pues bien, desde aquí intentaremos fundamentar cada semana esas palabras que no sólo son bonitas: están repletas de contenido nutricional, de salud y además vienen subidas a un tren evolutivo, cultural y económico que es interesantísimo conocer.
Como consumidor estás cada vez más interesado en el origen de los alimentos y el proceso que atraviesan: en su inocuidad, en su capacidad nutricional, en la huella que deja su producción en el medio ambiente y el bienestar de los animales, y eso nos incentiva a meternos tranqueras adentro para mostrarte desde ahí cómo se trabaja para salvaguardar todo eso.
Desde el origen de las civilizaciones la leche tuvo un papel protagonista, cuando el ser humano abandonó el nomadismo y empezó a domesticar el ganado, aprendió a obtener de él este alimento básico para la nutrición de su comunidad.
Seguramente habrás escuchado más de una vez que los humanos somos los únicos que seguimos consumiendo leche de adultos, y es que nuestro ADN mutó, y esto nos permitió mantener de adultos una buena capacidad de digestión de la lactosa. Las personas alérgicas o intolerantes también pueden gozar de los beneficios que ofrece el consumo de lácteos porque existe una amplia gama de productos deslactosados, que proporcionan la misma cantidad y calidad de nutrientes, como proteínas, grasa, vitaminas y minerales que en su estado original.
Vos ¿Ya tomaste tu vaso de leche hoy?
Valeria Guzmán Hamann
EDAIRYNEWS