El consumo de leche en Panamá se aleja cada vez más de los estándares internacionales, con un promedio de 110 litros anuales. Esta cifra está muy por debajo de los 160 litros que la Organización Mundial de la Salud recomienda.
Esa es la realidad del país, dijo Fernando Santos, coordinador técnico de Cadenas Agroalimentarias de Carne y Leche Bovina. Destacó que este descenso refleja una disminución en comparación con años anteriores, donde el consumo alcanzaba los 121 litros.
Esta situación además la ha dado a conocer los miembros de la Federación Panamericana de Lechería (Fepale), que han reiterado que en el país se consumen 100 litros de productos lácteos, por persona, todos los años, siendo una de las naciones que menos consume en la región. Incluso, han instado a avanzar en el consumo per cápita, tras reportar dos años consecutivos en decrecimiento.
Uno de los factores que influye en esta tendencia es la creciente popularidad de productos sucedáneos y sustitutos de la leche ( alimento derivado de aceite vegetal en vez de leche).
En los supermercados, es común ver que los consumidores optan por productos con sabor a leche debido a su precio más accesible.
Elida Vásquez, consumidora, comentó: “Al principio no estaba convencida de comprarlos, pero con el aumento en los precios de la canasta básica, ahora los elijo para mis cereales o para mezclar con el café”.
Por ejemplo, los productos de un litro con sabor a leche han visto un aumento en su precio de entre 15 a 25 centavos, pero aún son más económicos que la leche tradicional.
Santos enfatizó que estos precios y la falta de orientación adecuada sobre consumo y estilos de vida están fomentando la preferencia por los sucedáneos, afectando así la actividad lechera.
Recalcó que los sucedáneos y sustitutos de la leche pueden estar afectando de cierta manera, aunque no sobresaliente, el procesamiento y mercado de los derivados de la leche de vaca, por su evolutivo consumo.
Por su lado Ovidio Saavedra, presidente de la Asociación Nacional de Ganaderos de Panamá (ANAGAN), Cápitulo de Panamá, coincidió en que estos productos están impactando negativamente el consumo de lácteos, explicó que muchos consumidores, al desconocer la naturaleza de estos productos, que son a base de aceite vegetal, creen que son equivalentes a la leche, sin considerar las posibles implicaciones para su salud.
Hay que resaltar que aparte de la leche y quesos en el supermercado también existe imitación de tocino y extracto de ron, hasta de carne de cangrejo, esta última está hecha de carne de pescado procesada y colorantes naturales.
Nutricionistas han señalado que estos productos no son dañinos, pero recomiendan optar por las opciones originales, ya que contienen más nutrientes. Si bien satisfacen necesidades, no alimentan, pues están basados en agua, aceite vegetal, suero de leche, caseína, saborizantes naturales y artificiales, entre otros.
La Autoridad Panameña de Seguridad Alimentaria (Aupsa) ha resaltado que estos productos, provenientes de Estados Unidos, México y China, cumplen con los registros sanitarios requeridos.
Producción
La Cadena Agroalimentaria de Carne y Leche espera un aumento para el cierre de este año, con proyecciones de al menos 178 millones de litros, similar a la cifra de 2021. La Asociación Nacional de Procesadores de Leche informó que en 2024 se prevé un leve aumento en la producción, con un crecimiento estimado del 2 al 3% en comparación con 2022.
Si esto ocurre, se mejorarían las estadísticas. Ya que datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo mostraron una disminución en la producción del sector de 205.072.250 litros en 2015 a 178.975.039 litros en 2023.
Actualmente, el sector lácteo panameño está compuesto por 57 industrias lácteas y cuenta con un promedio de 2,700 productores.
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