Hoy a las 18 horas los dos funcionarios a cargo de temas sensibles como precios y abastecimiento se reunieron en forma virtual con los principales referentes de los supermercados y las empresas proveedores para tener un panorama certero de lo que está pasando en las góndolas.
La videollamada comenzó con una hora de retraso (a esta altura un clásico de la administración de Alberto Fernández), se extendió durante más de 90 minutos y no estuvo exento de algunos mínimos problemas de conexión y los comentarios de “¿se escucha?” o “alguien sabe como se prende la cámara”. Los participantes aseguraron a LA NACION que el tono fue tranquilo y que a diferencia de otros encuentros, esta vez Kulfas y Español se dedicaron más que nada a escuchar a los empresarios.
La lista de convocados reunió a la mayoría de los números uno del supermercadismo: de Dolores Fernández Lobbe (Walmart) a Federico Braun (La Anónima), pasando por Stéphane Maquaire (Carrefour), Joaquín Santa Coloma (Jumbo, Disco), Alejandro Grande (Día), con la única ausencia de Alfredo Coto, que fue reemplazado por Guillermo Calcagno. De parte de los proveedores también hubo una presencia de los principales jugadores de mercado, como Amancio Oneto (Molinos Río de la Plata), Osvaldo Capellini (Mastellone Hnos.), Adrián Kaufmann (Arcor), Axel Gegenschatz (Avon) y Francisco Do Pico (Peñaflor) y de los referentes de las cámaras sectoriales: Daniel Funes de Rioja por la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal). y MIguel González Abella por la Cámara Argentina de la Industria de Cosmética y Perfumería (CAPA).
Durante el encuentro no se definió si el actual congelamiento de precios que rige para 2400 productos de primera necesidad se extenderá más allá del 20 de mayo, aunque la sensación que se llevaron los empresarios es que en el Gobierno son conscientes de que en algún momento se tendrán que empezar a autorizar algunas subas.
“El mayor problema que tenemos son los costos operativos que van desde la logística hasta el ausentismo y todas las medidas en materia de sanitaria que tuvimos que poner en marcha para asegurar la salud de los trabajadores”, explicaron en una empresa proveedora.
En los supermercados a su vez pusieron el acento en el mayor ausentismo. “Tenemos mucha personal que califica como personas de de riesgo y lo tenemos que reemplazar por otros trabajadores, lo que implica mayores costos”, explicaron en una cadena.
Los supermercados además aseguran que pese a lo que podría pensarse su situación no es mucho mejor de la que vive el resto de la economía argentina . “Las colas en las puertas de los supermercados pueden llevar al engaño de que el sector está creciendo. En abril estamos por debajo de las ventas del mismo mes del año pasado, que ya había sido de por sí un mes muy flojo”, explicaron en una cadena del sector.
La situación es especialmente dura para las cadenas más chicas, que obviamente tienen menor poder de negociación. “Sufrimos dos tipos de problemas. Algunos proveedores nos quieren quitar los descuentos y bonificaciones, lo que termina funcionando como un aumento de precios más o menos encubiertos. Y otros proveedores, nos están cuotificando las entregas. Si les pedimos tres packs, te mandan uno solo. Esto se siente más que nada en categorías críticas como harinas, aceites y artículos de limpieza”, explicó una fuente de la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), la entidad que reúne a los supermercados más chicos y del interior del país, que se reunirán el próximo miércoles con Kulfas y Español.