La venta de leche en el supermercado creció un 50% en la primera semana del confinamiento respecto al mismo periodo del año anterior y llegó a superar el 60% en semanas posteriores. Pero estos datos, que a simple vista parecen muy positivos, no han beneficiado a los productores españoles que, una vez más, vuelven a quejarse de la entrada “masiva” de productos procedentes de otros países de la Unión Europea que han desestabilizado el mercado, según datos facilitados por los responsables de la Organización Interprofesional Láctea (Inlac).
Este hecho, unido a la bajada en la demanda de los productos lácteos destinados al canal Horeca, cerrado hasta hace muy poco como consecuencia de la pandemia, ha puesto en jaque al sector que pide más medidas al Ejecutivo Central. Solicitan ayudas que vayan más allá del almacenamiento privado que aprobó Bruselas.
“Estamos en manos de los consumidores. Por eso, es necesario que se conciencen de la importancia de los productos lácteos nacionales, aunque en los lineales sean un poco más caros. Es cierto que, en circunstancias como la actual, entra leche de otros países, como Francia, a precios de regalo, pero los consumidores tienen que saber que cuando en Francia o en otros países no tengan excedentes no enviarán leche a España y tendremos que pagarla más cara porque nuestros productores habrán tirado la toalla”, explica José Antonio Rami, presidente de la Cooperativa Láctea Altoaragón de Binéfar, que aglutina a 40 ganaderos, la práctica totalidad del sector en Aragón, y cuyo volumen de producción es de 200.000 litros de leche diarios que destinan a diferentes industrias y a su propia producción.
Confianza
Rami insiste en que “somos un país que no tenemos excedente de leche, sino todo lo contrario, pero necesitamos que la gente confíe en nuestros productos y los consuma. Solo de esa manera podremos seguir manteniendo nuestras explotaciones. Es cierto que es una solución complicada, pero la clave pasa por apostar por el producto cercano aunque resulte unos céntimos más caro”.
Desde Inlac aseguran que las medidas de almacenamiento privado de leche desnatada en polvo, mantequilla y queso autorizadas por la UE pueden ayudar de forma temporal, “pero dada la situación actual, se muestran insuficientes porque esos excedentes retirados temporalmente seguirán presionando mercado y precios. Deberían estudiarse otras posibilidades, como la reducción de la producción en la UE con ayudas, el fortalecimiento de los programas solidarios y de promoción interior e internacional y los apoyos a la vertebración sectorial, el fomento de la competitividad, la innovación y la internacionalización”, matizan.
Una opinión compartida por los principales productores de Aragón y también por pequeñas empresas, como Lácteos Torreconde, una explotación de vacuno que produce leche, queso fresco y yogur. Una vaquería levantada por los hermanos zaragozanos Javier y Juan Sanz, que estos meses tenido que reinventarse para hacer frente a la situación.
“Hemos lidiado muchas semanas con el cierre de los mercados de proximidad y agroecológicos que se celebran en Huesca y Zaragoza y que para nosotros suponen una fuente de negocio muy importante. Ahora ya están abiertos, pero vamos poco a poco. Además, a nuestro local dejó de venir gente por los problemas de movilidad que ha traído consigo el confinamiento, por eso apostamos por el reparto a domicilio, que ha sido una gran salida para esos clientes que querían nuestros productos y los han tenido sin necesidad de desplazarse”, indica Javier Sanz.
Sanz también insiste en la necesidad de apostar por el producto nacional , aunque sea un poco más caro. “La gente tiene que entender que los agricultores y ganaderos que estos días han fumigado sus calles para mantenerlas limpias o los que les ayudan cuando hay inundaciones en los pueblos son los mismos que luego producen leche y otros productos y no los pueden vender o lo hacen perdiendo dinero, porque de otros país llegan otros más baratos. Hay que apostar por el consumo local y fomentar a quien te está apoyando todos los días. Solo así podrán sobrevivir y seguir manteniendo sus explotaciones”, concluye Javier Sanz.