ESPMEXENGBRAIND

29 Abr 2025
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IBR y BVD son enfermedades causadas por dos virus diferentes, pero con características comunes, para las que se crearon diferentes programas desde las ADSG
CONTROL LECHE

IBR y BVD son enfermedades causadas por dos virus diferentes, pero que tienen características comunes. Son inmunodepresoras, con sintomatología común a otras enfermedades y, ante una sospecha, es necesario tener la confirmación mediante técnicas de laboratorio.

Ignacio Arnaiz, del laboratorio de Sanidad Animal de Mabegondo, explica que desde 2004 hay un programa en las Agrupaciones de Defensa Sanitaria (ADS) a través del que se controlan enfermedades como la IBR, BVD o la paratuberculosis. Ante la cuestión de la importancia de un programa, Arnaiz tiene claros los motivos: por razones sanitarias, pérdidas de producción, bienestar animal, gastos en tratamientos o trabas en el comercio. «Mucha gente se pregunta por qué hacer un programa de IBR, por ejemplo, si no van los animales para fuera, pero hay tratantes que compran terneras para luego venderlas a otros países, por eso buscan estos controles», indica.

La IBR, contagio y control

IBR es un herpesvirus bovino tipo 1 (BHC-1) que se transmite de diversas maneras, aunque fundamentalmente, por la vía respiratoria. «Puede entrar en las granjas a través de las ropas de los ganaderos, incluso, y va pasando de un animal a otro hasta que en alguno de ellos se desarrolla», explica el profesional. En el momento que hay un caso, ya hay un problema en la granja por la rápida transmisión a otros animales. «Si sabemos que hay un positivo, lo ideal es retirar ese animal», destaca.

En toda España, las vacunas convencionales fueron prohibidas en el año 2019 y en ese mismo año se elaboró el programa nacional

La detección en el caso de las granjas de leche se hace a través de los veterinarios, que recogen muestras de la leche y esa prueba informa de si los animales en lactación tienen o tuvieron IBR. «Puede que si hay pocos animales contagiados, no se detecte con facilidad».

Los animales infectados o vacunados con convencional, dan gB+ y gE+, mientras que un animal vacunado con vacuna marcada da gB+ y gE-. Cabe puntualizar que un animal positivo a gE se considera enfermo.

En toda España, las vacunas convencionales fueron prohibidas en el año 2019 y en ese mismo año se elaboró el programa nacional. «Iba a entrar en vigor en 2025, pero con toda la problemática de la EHE y lengua azul, se decidió retrasar», recalca, y añade que en Galicia ya se aplica un programa desde 2004, «por eso llevamos ventaja».

La diferencia entre los programas, es que en el nacional se obliga a vacunar todas las explotaciones que tenga animales positivos, pero en Galicia cada ganadero decidía.

Cuando se inició el programa de control en Galicia, en 2004, en las explotaciones gallegas, de cada 100 animales casi el 35 % salía positivo. En 2023, tanto a gB como gE, sólo tres dieron positivo. «Estamos en una situación buena para erradicar la enfermedad de manera progresiva».

BVD y los animales persisntentemente afectados

La BVD es un pestivirus con amplia distribución mundial. Produce signos clínicos variados: reabsorciones embrionarias, abortos, neumonías, diarreas en terneras… La principal característica de la enfermedad es la existencia de animales persistentemente infectados (PI).

Cuando hay un PI en la ganadería, todos los animales salen positivos, por eso hay que evitar tener esas reses

Con la llegada del programa de control, se busca detectar animales infectados y eliminarlos, porque la inmunidad gasta mucha energía. «En el vacuno es fundamental el balance energético. Toda la energía que gaste el animal en luchar contra un virus, no la emplea para darle leche a las terneras o protegerse de otras enfermedades», subrayó.

Entre los temas relevantes de esta enfermedad, están los animales persistentemente infectados. Es resultado de la infección por BVD en una vaca gestante. Hay diferentes períodos en los que se puede infectar: si es en los primeros 40 días, habrá muertes embrionarias. Si le afecta entre 40-120 días, aborta o produce un PI. En los 90-160 días: aborta o da a luz terneras con anomalías. A los 160 días al nacimiento: aborto o ternera normal con anticuerpos. Hay que tener en cuenta que los animales PI ya nacen con esta característica.

Cuando hay un PI, todos los animales salen positivos, porque cuando tose o defeca está distribuyendo el virus, «por eso hay que evitar tener estos animales». Antiguamente, era muy típico ver el problema de la BVD, porque nacían con mal pelo, pequeños y morían antes del año de vida. «Ahora se detecta por analítica de laboratorio o por problemas de reabsorción, por eso el diagnóstico es importante».

El profesional recomienda diagnosticar desde el primer momento, antes incluso de darle el calostro a la ternera. Es complejo, pero cuando una vaca es positivas a anticuerpos y lleva un PI dentro, no se puede detectar ese animal dentro de la vaca. Cuando pare en la explotación, habrá el nacimiento de ese animal y «a partir de ahí todas las vacas que estaban en la explotación, empezarán a parir PI. No es cuestión de que lo quites al día siguiente, ya con nacer entre las otras vacas transmite el virus con mucha más rapidez que la IBR».

Cuando nacen varios PI, si alguno de los compañeros sale negativo y es una ternera con la que se quiere quedar el ganadero, es necesario volver a sangrar al animal a los tres meses. «En algunas explotaciones se nos escapan animales por el tema de los calostros y no los detectamos. Los tuvimos durante todo un año eliminando virus y generando más PI», concluye.

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