Fundada en 1942, la Cooperativa Don Carlos María Rivero Haedo, se llamó así en homenaje a este hombre que dedicó su vida a la actividad lechera, que llegó de Buenos Aires en 1902 a la zona de Rafaela y Castellanos en la Provincia de Santa Fe, como Gerente de “S.A. The River Plate Dairy Co. Ltd.”. y mano derecha de Reynolds, su fundador, era el nexo entre la empresa y los colonos.
Enseñó y promovió la actividad tambera, posicionando como modelo a la industria lechera de la zona. Fue además uno de los fundadores del Centro de Industria Lechera.
La Cooperativa Haedo Rivero le ofrece a los productores un buen precio por la leche, y un conjunto de servicios, además de insumos, cuentan con productos para tambos, veterinarios, limpieza para tambos, ropa de trabajo, alimento balanceado, repuestos para ordeñadoras, entre otras cosas.
Tienen un surtidor de gasoil, que los socios utilizan con una tarjeta. Esto hizo que en el momento en que el país entero estaba enloquecido porque no había gasoil, no haya sido un problema para ellos. Nunca les faltó combustible.
Están atentos a las necesidades de los asociados para brindar ayuda o solución a las diferentes dificultades que puedan surgir. Ahora están trabajando para llevar internet a los campos. Un socio instaló robots, necesitaba conectividad y la Cooperativa lo facilitó. Así, junto con la Sociedad Italiana, se firmó un acuerdo para que el servicio alcance a todos los tambos, que hasta ahora trabajan con datos móviles, y de acá a unos meses la mayoría va a tener internet.
La Cooperativa Haedo Rivero se conformó con 24 socios, todos tamberos de Ataliva, en 1942. Llegaron a ser 50 y hoy son unos 24, que le entregan 105 mil litros de leche por día, que se distribuyen en este momento a industrias tales como San Justo, Leiggener, Gloria, Ramada, Franc, Molfino y Rosquinense.
Los socios que entregan su leche en la cooperativa no tienen que salir ellos mismos a pelear el precio sino que es la Cooperativa la que lucha por el precio del paquete total de litros.
“No hay tanta diferencia en precios, pero las bajadas son más rápidas en un tambo que está sólo, y las subidas son más lentas. En momentos estables tienen cierta ventaja, pero luego es en esos periodos donde sí hay diferencia”, me dijo Fernando Sereno, que forma parte de la institución desde hace 20 años, y me recibió para enseñarme todo lo que hacen.
Los de Ataliva tienen fama de ”picantes”, se defiende mucho la leche, porque se trabaja mucho en la calidad. Un buen producto merece un buen respaldo, y la industria lo sabe. Ataliva tiene buena grasa, buena proteína, poco problema de somática, poco problema de limpieza UFC, y todo eso se hace valer en una negociación.
Fernando también me contó que la Cooperativa incentiva a los tambos, les manda folletos, los guía para que mantengan calidad, para que, por ejemplo revisen el equipo de frío periódicamente, controlen sus equipos, tengan en cuenta la limpieza, etc. y el resultado de todo ese cuidado se hace valer. Y yo empecé a preguntar:
- ¿Y hacia dónde los guían? ¿Hacia sólidos o hacia litros?
¡Qué pregunta! Se trata de que vayan hacia sólidos, aunque después terminas yendo un poco a litros. Igual los tambos ya saben, que si tienen más sólidos cobran más. Acá tenemos socios que no son de los de más litros y están cobrando los mejores precios.
- ¿Quién hace la medición?
El camionero de la cooperativa saca una muestra diaria de cada tambo y se envía a ADECO, desde ahí se informa la calidad de la leche.
- Por su parte la industria hace el mismo trabajo al recibir la leche.
Exactamente, pero lo hace del pool. Ahí ya se mezclan las leches de los tambos. La medición que hace la cooperativa es para pagar después a fin de mes, para hacer la liquidación.
- Hacen una diferencia.
¡Claro! No todos los tambos cobran el mismo precio, cobran de acuerdo a su calidad: su grasa, su proteína, sus célula somática, su UFC que es el tema de limpieza, etc. Todo eso determina una mejor calidad, por eso la Cooperativa pelea más el precio.
Son 365 días al año, las 24 horas. Acá no tenés sábado, domingo, obviamente no siempre pero si te llama un socio tenés que estar.
- Si hay problemas van a surgir el domingo.
Exactamente. Generalmente pasa eso. El domingo a las 13:30 sucedió un problema, una rotura de manguera en un camión, y hubo que solucionarlo. Es lindo, es interesante, pero hay que estar.
- Hace un tiempo entrevisté a Andrea Passerini, ella es productora tambera de Carlos Casares y coordinadora de la comisión de lechería de CARBAP, está ocupada y preocupada en que los tamberos comprendan que tienen que trabajar en cooperativas, justamente para poder lograr esta fuerza de negociación que el tambero solito no tiene. Andrea dice que ese cambio empieza por la cabeza, que el tambero está muy preocupado en lo que pasa tranquera adentro, pero que no llega a comprender hasta qué punto es importante juntarse con otros. ¿Vos cómo ves esto y por qué crees que en algunos lugares todavía no hay cooperativismo?
Yo creo que hay una cuestión generacional, por ahí a los mayores les cuesta más pasar el mando a los hijos e inculcarles el asociativismo, el consultar, el estar en contacto, porque si vos la queres hacer sólo, no va.
Los más jóvenes por ahí están más abiertos, más dispuestos a sumar tecnología. Particularmente creo que hay que meterle más tecnología a los tambos, es algo que va a ayudar a varios.
La Cooperativa le manda información a los socios semanalmente, datos de litros, grasa, proteína, la performance que fueron teniendo la semana anterior. Si no estás en eso, y no le das importancia, la industria te va a castigar con el precio porque ella sí le da importancia a estas cosas.
- ¿Qué le dirías a los tamberos que todavía no se deciden a juntarse en cooperativa?
Que hay que animarse y buscar apoyo siempre, e integrar cooperativas, tratar de ver qué servicios y qué beneficios hay a disposición. Y es un ida y vuelta, el productor le da a la cooperativa y esta le da al productor.
- Esto nos lleva al traspaso generacional. Se da mucho que los tamberos son gente grande y cuando les toca a los hijos hacerse cargo, dejan el tambo.
Acá todavía tenemos muchos tambos, pero el traspaso generacional es un tema: si es rentable o no es rentable, el pensar la familia como empresa.
- Visité una escuela agrotécnica y conversé con 3 alumnos que están haciendo pasantías en el tambo. Les pregunté si se veían como tamberos en el futuro, sólo uno me respondió que sí, con un brillo en los ojos que lo diferenciaba de los demás. Los otros 2 no mostraron entusiasmo. Para sacar un porcentaje, son pocos.
Yo creo que hay que hacer como si tuvieras una familia. Si tenes, por ejemplo, tres casos como me contás, la persona que vos ves que va, que está interesada, apoyarlo, incentivarlo. Ese es el que va a venir con toda la tecnología. A los otros dos hay que dejarlos que hagan otra cosa.
- ¿Cuántos socios tenía la Cooperativa antes de que empezaran las nuevas generaciones a vender sus tambos?
Yo empecé acá en el año 92 y teníamos casi 50 tambos . Y hoy tenemos alrededor de 34.
- ¿Fueron tambos que absorbieron a otros?
Hubo de todo un poco. Algunos alquilaron, otros hicieron cosecha, otros vendieron… Y las vacas se fueron absorbieron en distintos tambos, algunas también se vendieron.
- ¿Se mantiene la producción porque hay más vacas o porque se supo hacer más productiva a cada vaca?
Las dos cosas: porque hay más vacas y porque cada vaca es más productiva, ya sea por el tema de alimentación, genética, etc. La Cooperativa habrá estado en 50/60 mil litros y ahora está prácticamente en el doble, con la mitad de tambos.
- ¿Sabes algo de lo que está pasando con el fideicomiso de Sancor?
No. Nadie sabe nada. Nosotros estuvimos hasta el año 2005 en Sancor, y nos fuimos. A partir de ahí empezamos a crecer, porque uno de los motivos por los que salimos de Sancor fue que los tambos se iban de la Cooperativa. Se había perdido el espíritu de beneficiar al productor.
Los directivos de Haedo Rivero no cobran un peso, y participan en reuniones, van a buscar repuestos para maquinarias a otras provincias, trabajan ad honorem por la cooperativa.
Los empleados si tienen un sueldo, pero el arco directivo que se reúne cada 15 días o una vez al mes, no cobran nada.
- Han hecho mucho por amor.
Si, es una cuestión de amor. El tambo es una cuestión de amor.
Hay algo que el Gobierno no ve, y que si se visibiliza, haría que la gente joven no se vaya de los pueblos porque sabrían que se puede tener vida productiva en el campo -hablando del traspaso generacional y de las condiciones de vida de la gente en los campos- y es que tenés un negocio y es la lechería.
Al productor dale precio y seguridad y va sólo. En estos últimos años, si bien el precio no es el que corresponde, los productores han mejorado y evolucionado. Pero se los come la inflación.
¿Le das precio y el tambero qué hace? Lo invierte en el campo ¿El agricultor qué hace? Lo invierte en el campo.
Hoy en día la Cooperativa agrandó el parque de maquinaria, y así los tambos buscan más los servicios que les ofrecemos. Sobre todo los tambos más chicos, que son quienes más se benefician.
El tema es que después haya recambio generacional para seguir los consejos de administración. Vemos que hay chicos que apuntan pero les falta un poquito más de llegada a la Cooperativa.
Consumir lácteos hace bien, y producirlos es una tarea maravillosa. Una opción de vida fascinante, en consonancia con la naturaleza, y la nobleza de alimentar a un mundo que vive tiempos difíciles en lo político y económico, en lo ambiental, en lo moral, pero tenemos la opción de mejorar de a uno, desde uno y hacia la comunidad.
El asociativismo es una herramienta para sumar esfuerzos y compartir ideales a través de la unión de las personas para dar respuestas a necesidades o problemas concretos en su actividad.
Es momento de establecer espacios para compartir intereses comunes y unificar esfuerzos para promover el fortalecimiento productivo y económico, para conocer experiencias exitosas de los pares y ofrecer las propias a quiénes puedan necesitarla.
Valeria Guzmán Hamann
EDAIRYNEWS