Al menos 100 países se sumaron en la cumbre de Glasgow a un acuerdo promovido entre la Unión Europea y los Estados Unidos para recortar para 2030 un 30% sus emisiones de metano, uno de los gases que provocan el calentamiento global y que en buena medida deriva de las actividades ganaderas. La Argentina había anticipado su adhesión oficial a ese acuerdo, a pesar de la dificultad que eso implicaría para sus productores. Lo que sorprendió es la adhesión a último momento también de Brasil.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció este acuerdo en la conferencia de la ONU sobre clima en Glasgow junto al presidente estadounidense Joe Biden, quien dijo que el metano es causante de gran parte del calentamiento global.

“El metano es uno de los gases que podemos reducir más rápidamente”, subrayó Von der Leyen, y recordó que este gas es responsable de “cerca del 30%” del calentamiento global desde la revolución industrial. Es el argumento al que apelan quienes echan culpas a las actividades ganaderas por ser las principales emisoras de gases de efecto invernadero.

Biden agregó que “reducir nuestras emisiones de metano lo más rápido posible es una de las cosas más importantes que podemos hacer en esta década decisiva” para cumplir con la meta de impedir que la temperatura global suba más que 1,5°C este siglo.

Von der Leyen explicó que básicamente este acuerdo apunta a reducir más rápidamente las emisiones de metano que resultan de la industria del gas y del petróleo. Pero reconoció que reducir las emisiones de metano producto de la explotación ganadera, en particular por las exhalaciones de los rumiantes como las vacas, ovejas y cabras, es una cuestión más complicada.

Luego de las intervenciones de Biden y Von der Leyen, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, prometió que su país recortará en un 75% sus emisiones de metano resultantes de la industria del gas y el petróleo para 2030.

En agosto pasado, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de la ONU dijo que el metano era responsable de casi la mitad de 1° grado centígrado de aumento de temperatura que ya ha experimentado la Tierra.

Estados Unidos y la UE habían anunciado en septiembre este “Compromiso Global de Metano” (Global Methane Pledge), con el propósito de promover reducciones adicionales de ese gas de efecto invernadero a las comprometidas en el marco del “Acuerdo de París”. Ahora en Glasgow lo formalizaron con la firma de al menos 100 país, aunque algunos medios hablaban de 105 adhesiones.

Lo curioso en ese momento fue que a la exigua lista de países que adhirieron a la iniciativa: además obviamente de la UE-27 y EE.UU., se sumaron Reino Unido, Italia (que forma parte de la UE-27), Irak, Ghana, Indonesia, México y la Argentina.

Argentina se convirtió así en el único país sudamericano en sumarse a la iniciativa, lo que representará un desafío enorme, especialmente si se tiene en cuenta que, de acuerdo al criterio establecido por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), una molécula de metano (CH4) es equivalente a 28 moléculas de dióxido de carbono (CO2).

Ahora, con el acuerdo formalizado, las potencias que lo promueven creen que los beneficios de recudir un 30% las emisiones de metano podría ayudar a impedir hasta 0,3°C de aumento de temperatura global para 2040, algo que podría ser decisivo para alcanzar la meta de los 1,5°C de calentamiento global máximo para este siglo.

Sin embargo, grandes emisores, como Rusia, China e India, no forman parte de la iniciativa, que además es voluntaria y no vinculante.

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