La digitalización del campo en Costa Rica comienza a ser una realidad gracias a la incorporación de drones, plataformas tecnológicas y sistemas de trazabilidad. Estos avances buscan mejorar la eficiencia productiva, fortalecer la seguridad alimentaria y aumentar la competitividad del sector.
En el caso de la industria láctea, el queso Turrialba —con denominación de origen— se posiciona como un ejemplo de cómo la innovación puede potenciar productos tradicionales. La certificación no solo protege su identidad cultural, sino que también abre oportunidades en mercados internacionales al garantizar calidad y autenticidad.
La aplicación de drones permite optimizar tareas agrícolas, desde el monitoreo de cultivos hasta la gestión del ganado. Al mismo tiempo, los programas de trazabilidad digital ayudan a productores a cumplir con exigencias de inocuidad y sostenibilidad, claves para acceder a nichos de mayor valor.
Costa Rica apunta así a consolidar un modelo agroindustrial moderno, donde tradición y tecnología se complementan para impulsar la producción láctea y otros rubros estratégicos.
Fuente: Latin American Post