La carne de cultivo celular ya es una realidad, y cada vez más empresas deciden invertir en este nuevo producto, que promete ser más sostenible y menos costoso. Así que no es de extrañar que, con estas ventajas, otras hayan decidido hacer lo mismo con alimentos de consumo habitual, como la leche de vaca.
Esta bebida tan asociada al desayuno y fiel compañera del café también puede producirse en laboratorios, o así lo confirman empresas como la israelí BioMilk, que ha conseguido reproducir todas las características de la leche de vaca a partir de células de glándulas mamarias productoras de leche.
Según sus creadores
La producción de leche de cultivo celular permite conservar los nutrientes presentes de forma natural en esta bebida
Para conseguirlo, aíslan estas glándulas mamarias que originalmente se encargan de producir leche en su entorno natural dentro del mamífero, y luego las cultivan en biorreactores que las hacen crecer y permiten que desarrollen su función original. Así, con el tiempo consiguen que segreguen leche, pero, según cuentan, sin prescindir de los nutrientes presentes de forma natural en esta bebida.
“Lo que estamos haciendo en el laboratorio es imitar el proceso que ocurre en las últimas etapas del embarazo cuando proliferan las células de la glándula mamaria”, señala Dr. Nurit Argov-Argaman, profesora de la Universidad Hebrea de Jerusalén que ha trabajado con glándulas mamarias durante más de una década, a Food Navigator USA.
El resultado es un producto más sostenible que, además, puede manipularse según nuestros intereses. “Podemos personalizar nuestra leche cultivada para satisfacer las necesidades nutricionales, sensoriales y terapéuticas”, cuentan desde la web de BioMilk, y añaden que también es posible optimizar su concentración de nutrientes.
El único objetivo de esta empresa israelí no es producir leche que se aproxime a la composición de la de vaca comercial, sino también que esté libre de aditivos sintéticos o vegetales, y con un contenido de hormonas y antibióticos inferior al del producto tradicional.
Pero, ¿es viable producir leche de este modo? Sus creadores responden que, a diferencia de la carne de cultivo celular, en la que las propias células se convierten en el producto final, estas glándulas mamarias funcionan como pequeñas fábricas de leche. No necesitan crecer más, así que, a su vez, no hace falta trabajar con un gran número de células distintas, que sí puede resultar más costoso. Aunque queda por responder cuál es su vida útil, es decir, durante cuánto tiempo podrá producir leche una misma célula.
Otra de las empresas que se ha atrevido con la producción de leche de laboratorio es TurtleTree Labs, que también la obtiene a partir de células de glándulas mamarias productoras de leche. Al igual que BioMilk, se presentan como una alternativa mucho más recomendable frente a las bebidas vegetales que, aseguran, no tienen el mismo sabor que la leche original y son menos sostenibles.