Los sectores productivos vinculados a la elaboración de bienes esenciales comienzan a sentir los efectos de la aceleración del proceso inflacionario en los niveles de consumo interno, tras cierto repunte que había despertado la pospandemia. En ese sentido, para evitar un freno mayor de las ventas y poder sostener sus proyecciones de crecimiento, son las pymes las que deben hacer números cada vez más finos.
Hernán Paulini, socio de Lácteos Esperanza Blanca y flamante presidente del Centro de Industrias Lácteas de Entre Ríos (Ciler), puso blanco sobre negro respecto del presente que atraviesa la cadena en la provincia, con especial atención en la “dura realidad” que viven las pequeñas y medianas industrias. Sin ser agorero pero tampoco optimista, remarcó a DOS FLORINES que la única alternativa viable “es crecer o morir”.
Es cierto que el sector lácteo en Entre Ríos ha perdido peso en los últimos años frente a cuencas lecheras como Santa Fe, Córdoba o Buenos Aires donde se radican las principales empresas que dominan el mercado y fijan los precios de referencia. Competir no es para nada sencillo y obliga a las pymes locales a encarar diferentes estrategias. Consolidar sus productos, ser más eficientes y diversificarse suele ser el proceso necesario para salir a la cancha como una opción accesible para las familias.
Desde esa perspectiva, Paulini entiende que cada pyme debe hacer su esfuerzo y sus deberes internos para sobrellevar los vaivenes de la economía y la política argentina. De todas maneras, también sabe que la unión hace a la fuerza y por ello asumió un rol clave para tratar de plantear estas problemáticas al Gobierno provincial cuando resultara necesario ante temas puntuales. Mediar es el verbo que utiliza para referirse a este anclaje institucional de una cadena de valor que, también hay que decirlo, tiene como materia pendiente el agrupamiento de todas las empresas, incluidas aquellas que manejan mayor volumen.
“Hoy la entidad está muy bien, porque tiene su personería jurídica que no la tenía firme. Eso nos abre un montón de puertas. Además, la gestión anterior ordenó muchísimo el Ciler y eso nos permite avanzar en distintos temas. Nos entusiasma que cada vez toma más importancia, con más empresas”, destacó, y aclaró que actualmente nuclea a unas 13 firmas lácteas de Entre Ríos, en su mayoría pequeñas, que atajan a diario situaciones similares.
Mercado
El socio de Esperanza Blanca, con radicación en Cerrito, consideró que los hombres y mujeres de la cadena láctea deben “estar muy atentos porque son momentos de muchas fluctuaciones”. “Hay que estar muy encima de los costos y de las empresas”, opinó, y marcó que la eficiencia es clave para sostener en pie las pymes.
“Por ahora no es mala del todo la situación, pero estas fluctuaciones del mercado son las que nos complican, además del clima que no ayuda mucho por la falta de agua y escasas reservas desde el año pasado. En líneas generales creo que las empresas de Entre Ríos están cada vez más organizadas y eso hace que la situación no sea mejor o peor, sino que las afrontamos distinto”, reflexionó con DOS FLORINES.
—¿Quiere decir que los números cierran, pero exigen un trabajo fino al interior de cada industria?
—Exacto. Está muy complejo en ese sentido. El mercado está fluctuando mucho, con una disparidad de precios. Por eso hay que estar muy atentos.
—En este contexto inflacionario, ¿cómo es la demanda?
—Hay demanda, pero no es sostenida. Hay momentos muy buenos y por momentos se frena. Siempre hay meses complicados que se repiten todos los años. La demanda no es tan sostenida pero medianamente no está saturado de productos el mercado que es lo que sí nos perjudica. Está difícil porque el poder adquisitivo se ha perdido.
Producir con altos costos
Las industrias afrontan diferentes incrementos en sus estructuras. Sin embargo, la incidencia de los distintos eslabones ha cambiado en la ecuación final. Según Paulini, para las pequeñas y medianas empresas, el costo del transporte, por el gasoil y las cubiertas, para realizar la logística correspondiente, es uno de los factores que se disparó.
“El resto también empuja. Están los insumos importados que nos afectan. Por ello, debemos estar muy encima de los costos porque prácticamente se modifican día a día. Esto nos exige estar atentos a los plazos de pago porque no hay financiación y ello impacta financieramente en las empresas lácteas”, consideró.
—¿Hay leche en la provincia para producir?
—Sí, hay muchísima leche en la provincia, incluso que se está yendo hacia otras empresas fuera de la provincia. Para trabajar en nuestras empresas hay de sobra.
—¿Cómo incide todo este combo en el precio?
—Nos obliga a ser competitivos. Tenemos la competencia de las empresas grandes, de Santa Fe y Buenos Aires, por lo cual tenemos que estar a tono con los precios.
—¿Cómo afrontan el desafío de ser competitivos hoy en día? ¿Qué inversiones realizan para incorporar tecnología?
—Hoy la tecnología se puso muy pesada para adquirirla, pero es la idea de todo el sector. Sabemos que la tecnificación es el único camino. Hay mucho trabajo por hacer. Sin embargo, no podemos avanzar a la velocidad que nos gustaría porque está muy complicado adquirir máquinas que no sean de fabricación nacional y eso nos frena un poco. De todos modos, la intención de tecnificarse es total. Sabemos que si no somos competitivos con tecnología estamos fuera del mercado.
Análisis de la realidad
—¿Cómo califica el escenario que se vive en el país, que no es exclusivo del sector lácteo? ¿Qué sensación les deja esta coyuntura?
—La realidad es dura. Realmente todos estamos muy preocupados por la situación. Necesitamos mucha trazabilidad y no se está pudiendo dar. El hecho de no tener claro los costos del mismo mes nos afecta. Uno proyecta un costo mensual y llegás a fin de mes a pérdida por cambios en 30 días. Eso es lo que nos tiene muy complicados y genera malestar a las pymes. Se pone muy difícil manejar una empresa cuando tenemos problemas de insumos en muchos casos. Incluso, en la lechería, la vaca da leche todos los días y no podemos parar la producción por no tener tal o cual insumo, por no tener gasoil. Hay días en los que te volvés loco para concretar el trabajo del día. Para nosotros es fundamental tener insumos. Nuestro trabajo no puede parar un día. Lo más estresante es mantener en marcha nuestra maquinaria cuando faltan cosas indispensables. Si bien todavía no es grave, hay semanas en las que se complica.
—¿Cómo definen los márgenes de rentabilidad frente a una inflación acelerada y con expectativas desfavorables?
—Ese es el problema. Hoy lo regula el mercado. Se nota mucho cuando por cuestiones de costos hay que aplicar aumentos de precios y no hay alternativa. La leche viene en subida continua, al igual que el combustible o los insumos importados que no hay forma de escapar. Por ello, cuando hay aumentos importantes en los productos, se nota que el consumo se resiente. Muchas veces tenemos que seguir trabajando por encima de los costos un tiempo hasta que vuelve a tomar velocidad el consumo. Se nota que a la gente le cuesta cada vez más adquirir los productos.
—¿Y cómo miran hacia delante frente a este contexto? ¿Con qué expectativas se proyectan?
—El crecimiento viene empujando al sector: es crecer o morir. El mismo sector es así y no tiene otra alternativa. Hoy veo un sector más organizado, con una mentalidad distinta, más profesionalizado. Hay muchos aspectos positivos que se están dando y puede andar muy bien. Hoy es difícil mantenerse optimista porque te bombardean las noticias malas, pero tratamos de mantener esa misión de crecimiento que se ve en todos. Ello no quita que la realidad te golpea. De todos modos, creo que hay buenas perspectivas, mucho crecimiento por delante que podría ser exponencial si la situación fuera un poco más amable, pero siempre estamos yendo un punto para arriba, a mayor o menor velocidad, lo cual es importante. En un contexto favorable, podría ser importante el crecimiento del sector.
—Me quedo con esa frase de que inevitablemente deben crecer para no morir.
—Totalmente, es así. No hay otra alternativa. Normalmente vas creciendo en cantidad de leche y a todos los que están organizando les va pasando. Te obliga a tener que seguir para arriba, sin vuelta atrás.