El tambero aseguró que un “tambo bien manejado es negocio y permite el retorno del capital” invertido. Aseguró que, en su zona de influencia en Buenos Aires, la lechería compite de igual a igual con las rentas agrícolas.
TAMBOS
"Peluffo repasó cómo pasó de gestionar una empresa familiar con 3 tambos y 2.700 vacas en 2003, a 8 empresas independientes con 8.700 vaca masa en 15 establecimientos en la actualidad"
En el marco de la primera edición de la Semana Conaprole, se llevó a cabo la pasada semana en Ciudad del Plata, San José, el 6º Foro de Producción Lechera (Foprole). Allí el productor lechero argentino Luis Peluffo realizó una presentación sobre el crecimiento horizontal de los tambos como una alternativa para atender el recambio generacional en el sector.

Peluffo repasó cómo pasó de gestionar una empresa familiar con 3 tambos y 2.700 vacas en 2003, a 8 empresas independientes con 8.700 vaca masa en 15 establecimientos en la actualidad. El sistema funciona sobre una base pastoril con genética lechera que se incorporó desde Nueva Zelanda. La carga animal por tambo varía según las situaciones y va desde 1,5 a 3 VM/ha.

De todas formas, el tambero argentino indicó que no se debe tener “fundamentalismos” sobre la raza a utilizar, ya que simplemente es una “herramienta más” dentro del sistema. Aseguró que los tambos con pariciones estacionales ayudan a “generar calidad de vida” para el manejo, ya que no hay que tener guacheras durante todo el año. “Además de darle Wi-FI a nuestros empleados, también tengo que pensar en la calidad de vida”, enfatizó.

El crecimiento horizontal de los tambos se hace con propietarios de tierras que deciden arrendar sus predios (y vacas en muchos casos) para que técnicos jóvenes del sector asuman las riendas del negocio lechero. También el sistema prevé la asociación con inversores que no son del rubro agropecuario que aportan recursos a cambio de una renta. “Hay propietarios que tienen vacas arrendadas hace mucho tiempo y no las quieren vender porque es un negocio que genera una buena rentabilidad”, indicó. Por el alquiler de las vacas se pagan unos 45 litros por mes y se va ajustando en función del precio de la leche. Esto da un retorno anual en moneda local del 8% en términos reales.

“El año pasado formamos dos nuevos tambos. Es un negocio que se genera en basa en la confianza”, señaló Pelusso. Dijo que de experiencias anteriores se fueron corrigiendo errores y que todo el acuerdo con el propietario de la tierra queda documentado en un contrato.

Peluffo consideró que Uruguay tiene todo al alcance para potenciar la lechería y su desarrollo a futuro. En ese sentido, destacó las reglas de juego claras para la producción, el acceso al crédito, y un potencial tecnológico de primera con instituciones como el INIA. “Uruguay tiene todo para generar un semillero de jóvenes y que aparezcan nuevos tambos”, consideró. Planteó como alternativa que Conaprole fomente pasantías laborales con las garantías adecuadas en distintos campos de productores lecheros.

El tambero aseguró que un “tambo bien manejado es negocio y permite el retorno del capital” invertido. Aseguró que, en su zona de influencia en Buenos Aires, la lechería compite de igual a igual con las rentas agrícolas.

 

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