No solo el sector agrícola se vio fuertemente afectado por la falta de lluvias durante el 2023, sino que también la producción lechera se vio perjudicada por la sequía, debido a que por la falta de maíz no se podía alimentar a los animales. Esto significó en una fuerte caída para los productores y es por eso que con el fin de ampliar este panorama, Canal E se comunicó con el gerente de la Cámara de Producción de Leche Cuenca Oeste, Daniel Villulla.
“Después de un muy mal 2023, tuvimos una caída de producción muy pronunciada en el primer trimestre de este año, de tal magnitud que la producción cayó 15% sobre el año previo”, comentó Daniel Villulla. “Luego, la producción va acercándose de a poco a los volúmenes del año pasado pero siempre en un plano menor, ya cerrado el periodo enero/mayo, seguimos todavía 14% por debajo”, agregó.
Los productores lecheros pudieron mejorar la alimentación de los animales
Posteriormente, Villulla planteó: “Ya estamos transitando cada mes, alrededor del 7 u 8% debajo, nos venimos aproximando pero siempre por detrás porque la caída de la producción fue enorme”. Luego, manifestó que, “a partir de que empezó a llover y habiendo salido de la sequía del año pasado, mejoró la oferta de forraje para las vacas, pudimos hacer mejores y más reservas, nada parecido a lo que aspiramos pero mejoramos la disponibilidad de alimentos para los animales durante el año”.
“Por haber bajado el precio de commodities como el maíz y la soja, los tambos tenemos una muy buena relación de precios para comprar con un litro de leche 2 kilos y medio de maíz o para comprar un kilo de soja”, sostuvo el entrevistado. “Son relaciones muy buenas, que hace un tiempo no tan lejano, podíamos comprar apenas un kilo y medio de maíz o menos y no llegábamos a poder comprar un kilo de soja”, complementó.
¿A qué se debe la caída de la producción lechera?
Por otro lado, el gerente de la Cámara de Producción de Leche Cuenca Oeste señaló: “La producción de leche bajó este año porque el año pasado fue tan malo, que para pagar las cuentas, hubo que vender los tambos, tuvimos que vender una cantidad de animales mayor a las que habitualmente se venden por descarte”.
“El año pasado era tan mala la ecuación, no teníamos para darle de comer a las vacas por la seca, no teníamos base forrajera, habíamos tenido menos reservas que otros años, entonces, se nos había hecho muy caro”, expresó Villulla. Para finalizar, dijo que, “vendimos animales útiles, vendimos animales que estaban en producción”.
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