Cada Entidad tuvo su propia Cuenca en regiones municipales; ocurrió en Chiapas, en la zona costera, en Tabasco, también en Veracruz, incluso en Yucatán, en la zona sur, en Catmís.
Ninguna se desarrolló como la de la Comarca Lagunera, de donde nació Lala y que hoy es la más importante del País por la producción lechera que se logra entre Coahuila, Durango y Chihuahua, así como el impulso e inversión de la empresa láctea.
Todas las cuencas del Sureste fueron desapareciendo, esos corredores lecheros de varios municipios en los Estados del Sureste se fueron perdiendo, paulatinamente y algunas chiquitas aún se aferran a desaparecer.
En la década de los 50 los municipios de Pijijiapan, Mapastepec, Huixtla, Arriaga y Tres Picos, conformaban la Cuenca lechera de Chiapas, eran municipios lecheros y queseros.
Los ganaderos ordeñaban e industrializaban sus quesos para comercializar en la región o enviarlo a otros Estados.
La llegada de Nestlé y la compra de leche eliminaron para muchos ganaderos el trabajo de la industrialización y se dedicaron a vender leche, pero no prosperó.
Los fenómenos climáticos, la situación económica y los precios bajos de los compradores, fueron mermando las cuencas de cada Estado.
Ocurrió en Yucatán, en Chiapas, Veracruz, Tabasco, al grado que se fue perdiendo producción nacional y poco a poco México se convirtió en un país importador de leche en polvo, el número uno según los datos de la FAO.
Hoy México importa el 35 por ciento de la leche que demanda todo el País.
¿Qué pasó?
Se dejó de incentivar, de impulsar, de motivar con políticas públicas y hoy la producción de leche que se tiene en los Estados del Sureste del País es artesanal, es para producir quesos tradicionales o para venderla a Liconsa o las industrias lácteas.
En el 2019 México produjo 12,300 millones de litros, apenas el 65 por ciento de la demanda nacional.
De este total, el 31 por ciento se produce en Chihuahua, Coahuila y Durango, el resto está pulverizado en todos los Estados del País.
Una Cuenca lechera, es una zona, una región con producción e industrialización, el claro ejemplo es los 3 Estados de Chihuahua, Coahuila y Durango.
Hoy la idea de Lala, Nestlé, FIRA y los Gobiernos de Chiapas, Tabasco y Veracruz, es revivir las cuencas.
Habrá compradores seguros, es el argumento, aunque a decir verdad siempre ha habido compradores, pero el precio no es el mejor y por ello el ganadero busca proveerle a Liconsa.
¿Qué elementos atractivos hay para las dos industrias, Lala y Nestlé, para la compra de leche en la zona y que en verdad desarrolle cuencas lecheras en el Sureste?
Chiapas produjo el año pasado 443 millones de litros.
Tabasco, 104.5 millones.
Veracruz, 747.3 millones.
El plan de la Cuenca lechera en el Sureste fue presentada desde el año pasado por FIRA, quien invertiría con el Gobierno de Chiapas 15 millones de pesos para el desarrollo de la Cuenca y Lala, así como Nestlé invertiría 500 millones.
El miércoles de la semana pasada Lala informó que ya iniciaron la compra a los pequeños productores de leche en Chiapas.
La meta de las empresas es comprarle a mil productores 15 mil litros diarios (5.4 millones al año).
La leche que comprará Lala es para producir la leche “Mileche”, esta marca que ha sido señalada por ofrecerse como leche sin serlo.
El objetivo de la empresa es proveer a Chiapas, Veracruz, Quintana Roo, Tabasco, y Yucatán con esta leche a los “sectores bajos”.
Nestlé aún no hace público su programa de compra.
Y este plan de Chiapas lo piensan replicar en Tabasco y Veracruz.
Sin embargo, ¿realmente se desarrollará una cuenca? O solamente proveedores para las grandes empresas a precios bajos?
Nestlé es de las principales empresas importadoras de leche en polvo.
Las preguntas caben, sobre todo por la idea de generar una cuenca del Sureste, la cual ya existió y no fue impulsada.
¿Qué hará o qué será diferente ahora?