El gigante francés de la alimentación Danone anunció este lunes la supresión de hasta 2.000 puestos de trabajo en todo el mundo, dentro de un plan de recortes para adaptarse a la nueva situación creada por la crisis del coronavirus.
El consejero delegado del grupo, Emmanuel Faber, señaló que Danone aspira a ahorrar 1.000 millones de euros en los próximos 3 años, para lo que remodelará su organización reduciendo las estructuras centralizadas y apoyándose más en las locales.
De esta forma, el actual reparto por categorías (lácteos, agua, nutrición infantil,…) dejará paso a otro por países, con el objetivo de acercarse más a un consumidor que persigue la singularidad local, explicó Faber.
El objetivo es recuperar la confianza de los accionistas después de que Danone perdiera un cuarto de su valor bursátil en lo que va de año.
Faber mantuvo el objetivo de crecer entre un 3 y un 5 % pero elevó su margen operativo, que ahora sitúa entre el 15 y el 20 %, lo que implica apretarse el cinturón.
A ello van destinados la reducción de puestos, de los cuales entre 400 y 500 serán en Francia y afectarán esencialmente a tareas administrativas y de gestión.
El consejero delegado también se refirió a la robotización de plantas y la digitalización de tareas.
Danone se ha visto más afectado por la crisis de la COVID-19 que otros competidores, en particular por su fuerte presencia en productos dedicados a la restauración, como el agua mineral, sobre todo en pequeños formatos, que es la que más margen deja.
En los próximos días comenzará la concertación con los agentes sociales para determinar el plan de reducción de puestos.