Danone toma el control de Alpro en España. La compañía francesa ha alcanzado un acuerdo con Capsa (matriz de Central Lechera Asturiana) para la venta de esta leche vegana, que a partir del 1 de febrero comercializará junto a los yogures.
Danone adquirió Alpro en 2016, pero Capsa consiguió preservar la licencia de la marca para España, que había adquirido en 2004, para las bebidas vegetales de soja, avena, almendra, avellana, coco y arroz. En consecuencia, desde la compra de la insignia belga, Danone comercializaba solo la línea de yogures.
Ahora, la compañía que aquí lidera Daniel Ordóñez se hace con la totalidad de la marca. Danone desembarcó por primera vez en el mercado vegano con Alpro, que a día de hoy registra unos ingresos de 1.000 millones de euros a nivel mundial, con presencia en Europa y Asia. A lo largo de los años, Danone ha ido ampliando su cartera de productos en este segmento, con marcas como la americana Silk, los quesos So Delicious o las salsas de Follow Your Heart.
Asimismo, es líder en el mundo de la categoría ‘plant based’, con una facturación de 2.000 millones de euros. En España, Alpro tiene una fábrica híbrida en Parets del Vallès (Barcelona) y ya alcanza los 2,5 millones de hogares.
El mercado de los productos veganos lleva en auge varios años. Según un estudio de la consultora Nielsen junto con la organización para la conciencia alimentaria ProVeg, publicado en febrero del año pasado, el aumento del consumo de productos de origen vegetal fue del 48% entre 2019 y 2020, mientras que el volumen de ventas aumentó un 20%. Asimismo, son varias las marcas que han estado construyendo una fuerte presencia en este segmento, como Pascual con su alianza con Upfield.
El crecimiento de estos productos también ha traído algunos conflictos. Por ejemplo, la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL) puso una querella contra Oatly por su campaña de 2020 en la que se comercializaban las bebidas de avena “como leche pero hecha para humanos”. El organismo independiente de autorregulación publicitaria Autocontrol también alegó en su día que esta campaña infringía la legalidad vigente, ya que la palabra ‘leche’ estaba reservada para aquella que procede de la secreción mamaria animal.