Dicha presentación sonó como una advertencia -o acaso amenaza- hacia las autoridades políticas del gobierno nacional, para que fuercen la aprobación de ese financiamiento extraordinario del BNA al fideicomiso creado en enero pasado y aprobado luego por los socios que le quedan a la cooperativa que llegó a procesar 6 millones de litros diarios de leche y ahora apenas procesa unos 600 mil litros, el 10% de aquello.
“Ante versiones contradictorias y frente a la situación que está atravesando SanCor, la Cooperativa, junto con la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA) y FIDULAC SA, el fideicomiso creado para apoyar el relanzamiento de la empresa lechera, emitieron un comunicado conjunto en el que aclaran que queremos despejar cualquier especulación y afirmar de manera conjunta e inequívoca que entendemos la solución propuesta como la única alternativa posible para un futuro promisorio de la empresa”, indicó el comunicado de quienes están impulsando este “salvataje” de la cooperativa.
Las “versiones contradictorias” a las que replican los gremialistas y “empresaurios” (así los bautizamos en Bichos de Campo a los hombres de negocios que se metieron en el negocio de la láctea sin tener nada que ver con el sector ni algún interés visible) fueron reflejados por un par de notas escritas por periodistas santafesinos que siguen de cerca estas negociaciones. En ella se reflejan las dudas y objeciones técnicas que habrían surgido de la línea del Banco Nación luego de haber analizado los detalles de la propuesta de salvataje que debería financiar al fideicomiso con dinero de todos los argentinos.
“Desde la entidad financiera pública no habría voluntad de arriesgar 60 millones de dólares en un negocio de privados impulsado por la política. El grupo de empresarios amigos del Gobierno se juega a definir el tema en plazos acelerados por los malestares del poder, que son de público conocimiento”, escribió por ejemplo la periodista especializada en lechería Elida Thiery en esta crónica. El sitio rosarino PuntoBiz confirmó: “El Banco Nación plantea cambios de peso para participar del rescate de SanCor”, escribió allí Juan Chiummiento.
Frente a estas crónicas, los empresaurios y gremialistas saltaron como leche hervida, dando mayor crédito a las informaciones periodísticas.
El comunicado de ATILRA, pero que firman todos, recordó que ellos tenían la promesa oficial de que ese financiamiento iba a ser aprobado sin reparos. “Desde que el actual gobierno asumió se realizaron gestiones para lograr la ayuda que permitirá una solución sustentable y definitiva a la crisis del sector. Fue el Gobierno Nacional quien propuso una posible vía de acción al favorecer la intervención de un grupo inversor de empresarios nacionales”, blanqueó el propio gremio lechero.
Los empresarios convocados para armar este fideicomiso y que lograron que la asamblea de SanCor aprobara este salvataje el pasado 14 de enero son José Urtubey (Celulosa Argentina), Marcelo Figueiras (Laboratorios Richmond) y Gustavo Saglione (La Capital de Rosario y Televisión Litoral).
En una entrevista reciente, el propio Urtubey reconoció que actualmente (y a pesar de haber liquidado una gran parte de sus activos, incluyendo los negocios más redituables) “SanCor tiene una deuda de unos 350 millones de dólares. Nosotros lo que vamos a buscar en el mercado, bajo financiamiento público, con un instrumento público, son alrededor de 60 millones de dólares que tienen que ser usados para capital de trabajo, para poder fraccionarlo y comenzar a operar”.
Buena parte de esos pasivos acumulados por la cooperativa son de dudoso origen, pues corresponden al fondo de inversiones Buenos Aires Finantial (BAF) y se desconoce el origen del dinero.
El titular de ATILRA, Héctor “Etín” Ponce”, siempre fue uno de los sindicalistas preferidos del kirchnerismo. Tiene su base de operaciones en Sunchales, Santa Fe, donde SanCor conserva su sede central y la mayor parte de los trabajadores que de ella dependen.
“SanCor Capital es producto del esfuerzo y aporte de todos los sectores participantes, conscientes de la necesidad de construir una solución justa y equitativa”, define el comunicado que ahora mete presión a las autoridades para que el Banco Nación no saque los pies del plato, justo ahora que todo parece encaminado.