El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) aprobó, recientemente, el Decreto Supremo 004 – 2022, el cual prohíbe el uso de leche en polvo para la elaboración de la leche evaporada. Esta medida podría afectar en gran medida a los consumidores, ya que los precios de los productos lácteos se incrementarían.
La producción nacional de leche fresca abastece al 70 % de la demanda interna, por lo que el 30 % restante es cubierto por leche en polvo importada. Asimismo, el 50 % de la producción de leche fresca es comprado por las micro, pequeñas y medianas empresas que producen lácteos, principalmente en las regiones de Cajamarca, Huancayo y Puno. El otro 50 % es adquirido por la industria láctea a través de Gloria, Nestlé y Laive.
Debido a la falta de abastecimiento para el 30 % de la demanda nacional, los precios de los productos lácteos de las pequeñas unidades de producción y de la industria láctea se incrementarían, perjudicando a las madres gestantes y niños en situación de pobreza. A esto se le suma la inflación que se vive a nivel internacional, la cual se agrava ante un Gobierno que no toma las medidas oportunas para hacerle frente.
Asimismo, dicho decreto suspende los controles microbiológicos a la leche fresca hasta el 2026, dejándola expuesta a patógenos y bacterias como Escherichia, Klebsiella, Enterobacter, Citrobacter, entre otras. Por otro lado, de acuerdo con cifras del Midagri, de las 6 500 plantas de producción de lácteos que hay en el país, solo 660 están formalizadas, por lo que la suspensión de controles supone un riesgo para la salud pública.