En Caucasia, Antioquia, un grupo de estudiantes de secundaria recibió formación práctica y teórica en transformación de productos lácteos como una alternativa de emprendimiento frente a la difícil situación laboral en la región. Con creatividad, esfuerzo y apoyo técnico, descubrieron formas viables de generar ingresos desde su comunidad.
En una región marcada por la migración de jóvenes hacia el trabajo informal en las minas, una iniciativa educativa y agropecuaria está generando esperanza.
En Caucasia, municipio del Bajo Cauca antioqueño, 36 estudiantes de grados 10° y 11° de la Institución Educativa Liceo Concejo Municipal de Caucasia participaron en una jornada intensiva sobre transformación de leche en productos derivados.
Melissa Restrepo González, secretaria técnica en Bajo Cauca de la Federación Colombiana de Ganaderos-Fondo Nacional del Ganado (Fedegán-FNG), lideró el taller junto a Miguel Ángel Acosta, pasante de último semestre de Zootecnia en la Universidad de Sucre.
El propósito del encuentro fue claro: mostrar a los jóvenes que el campo no solo es esfuerzo físico, sino también una fuente de innovación y emprendimiento.
“Con los chicos se trabajó en proyectarles interés por el tema de la ganadería, con base en su interés ellos decidieron hacer elaboración de lácteos, aprender a hacer yogur, quesillo, suero, crema de leche”, explicó Restrepo.
La formación comenzó con teoría sobre la leche, sus propiedades y los protocolos de bioseguridad necesarios para su procesamiento. Luego, vino la práctica: los estudiantes elaboraron queso costeño, yogur y queso crema.
La capacitación fue realizada por parte del Tecnig@n Caucacia de Antioquia. Foto: Cortesía.
Una visión de emprendimiento
El enfoque del taller fue despertar en los jóvenes una nueva visión del campo. Según Restrepo, “el enfoque fue buscar que los jóvenes dentro del sector agropecuario vean una visión de emprendimiento”.
En un contexto donde muchos adolescentes ven en las minas su única opción laboral, este tipo de iniciativas abren otras posibilidades. “Acá tenemos una dificultad y es que los jóvenes se están yendo a trabajar en las minas”, señaló. Por eso, llevar esta formación directamente a las aulas fue un paso clave.
“La idea es llevarles estas iniciativas a las aulas para que vean cómo pueden generar ingresos en el campo. Que el trabajo del campo no solo es lo pesado, sino que pueden hacer transformación de productos”, añadió.
Los estudiantes aprendieron inicialmente sobre la leche y la ganadería, y luego sobre cómo crear productos lácteos. Foto: Cortesía.
Más allá de la teoría
La jornada no solo ofreció conocimientos técnicos, sino también una experiencia diferente para jóvenes en condiciones vulnerables. “Son jóvenes de escasos recursos, en condiciones vulnerables algunos de ellos, los sacamos de la monotonía”, comentó Restrepo.
Fue un taller de jornada completa, desde la mañana hasta la tarde. Según sus organizadores, el entusiasmo de los participantes superó las expectativas. Los estudiantes no solo aprendieron, también expresaron su interés en seguir explorando la ganadería y sus derivados. Incluso, algunos se mostraron interesados en continuar con formación técnica o tecnológica en ganadería sostenible.
La articulación entre Tecnigán y la institución educativa fue fundamental. Primero se estableció contacto con la coordinación académica, que permitió abrir el espacio para hablar de programas agropecuarios. “Les hablamos de ganadería y lo bonito de la ganadería. Y de ahí nació la inquietud de los muchachos”, recordó Restrepo.
El proyecto demostró que con los estímulos adecuados, los jóvenes pueden ver en el campo no solo un lugar de trabajo, sino un espacio donde crear, emprender y transformar su futuro.
El taller fue dirigido a estudiantes de últimos grados con el propósito de que vean en la transformación de la leche un camino de vida que les permita crear emprendimientos. Foto: Cortesía.
