“Cuando firmamos el último acuerdo salarial, quedamos en que a fines de abril o principios de mayo nos íbamos a volver a reunir con los centros empresariales a negociar un nuevo acuerdo. Por la pandemia se demoró, pero cuando llegó el momento, el Consejo Directivo Nacional a través de nuestro secretario general notificaron tanto al Centro de Industrias Lecheras (CIL) como a Apymel, y nos contestan que no están en condiciones de negociar salarios”, comenzó diciendo Pedro Fernández, titular de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra) Villa María.
El dirigente aportó su punto de vista, valorando que el sector ha seguido trabajando aun en la pandemia y, por lo tanto, “no es cierto que no estén en condiciones de recomponer el salario”, dijo.
“Salvo un grupo de fábricas que hacen sólo mozarela, muchas de ellas instaladas en Buenos Aires, que les proveen ese queso al sector gastronómico, el resto de las industrias lácteas está trabajando normalmente”, apuntó.
“En nuestra zona tenemos 52 empresas y siguen trabajando, salvo una que venía con dificultades de antes. El resto tiene el personal completo, no hubo suspensiones. Y hay tres empresas que además de estar trabajando normalmente reciben el subsidio para el sueldo de los trabajadores, lo que equivale a dos salarios mínimos por empleado. Una de esas empresas hacía mozarela y decidió reconvertirse y hacer cremoso, que lo está vendiendo en su totalidad”, agregó.
“Cuando nos reunimos en el Consejo Directivo, todos coincidimos en que la industria láctea de cada región está trabajando normalmente. El único problema es el retraso de los pagos, eso es cierto”, dijo.
“Entonces, ellos aducen la incertidumbre en el futuro, pero eso se tendrá que normalizar”, agregó.
Negociación
Atilra pide la recomposición salarial de los cuatro primeros meses del año que rondaría en un 9,5% de incremento. “Pero, a su vez, ese porcentaje absorbe el bono de cuatro mil pesos del decreto del Gobierno nacional, por lo que no es mucho más lo que deberían sumar”.
También señalan que la situación de los trabajadores es complicada porque en abril venció ese bono de 18 mil pesos que se pagó en cuatro cuotas, “por lo que este mes los trabajadores van a cobrar cuatro mil pesos menos”, dijo.
“El estancamiento de los salarios también afecta la cobertura de salud, porque los aportes son proporcionales y quedan igual, mientras que las prestaciones médicas son más costosas, lógicamente, porque llevan el ritmo de la inflación”, agregó.
“En definitiva, no estamos hablando de mucha plata, por lo que no hay argumentos para no sentarse a negociar no tienen fundamentos”, señaló el dirigente.
Más allá del cuestionamiento a las entidades, Fernández valoró que con las industrias de la región “hay siempre un diálogo abierto y respetuoso”.