En el marco de AgroActiva, representantes de CRA y de uno de los principales mercados ganaderos alertaron por el momento crítico que obliga a los productores a liquidar vacas para sobrevivir.

La feria AgroActiva  sirvió como espacio para que los sectores productivos volvieran a plantear varios de los problemas que están viviendo en la coyuntura actual.

Entre ellos, por ejemplo, durante una conferencia de prensa organizada por la Sociedad Rural de Rosario (SRR) para debatir las consecuencias de la sequía, representantes de la producción de leche y de la ganadería de carne advirtieron sobre la fuerte descapitalización que están sufriendo los tambos y los establecimientos de cría.

¿El motivo? Ante la falta de oferta forrajera por el déficit de lluvias más las olas de calor que hubo en el verano, sumado a la suba de costos del maíz que hace muy difícil modificar la dieta de los animales, la única forma de sobrevivir que están encontrando los productores es deshacerse de su capital más importante: las vacas.

“En el contexto en el que estamos, la única solución es liquidar vacas. Si miran los mercados, hay mucha blanca y negra que está yendo al matadero”, señaló Eduardo García Maritano, productor lechero e integrante de la Comisión de Lechería de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), en referencia a los altos niveles de faena que se están viendo de ejemplares Holando.

“El productor de cría está vendiendo capital porque no tiene otra manera de llevarlo adelante”, coincidió Raúl Milano, director Ejecutivo del mercado ganadero Rosgan, y lo ejemplificó con el dato de que entre el 48% y el 50% de la faena son vientres, cuando una “zona complicada” es cuando el porcentaje ya supera el 45%.

TAMBOS

García Maritano explicó que “para un tambero, ver un maíz seco o una soja muerta es preguntarse qué le doy de comer a las vacas” y afirmó que el problema es que este sector no tiene herramientas de ningún tipo para protegerse y proyectar.

“Estamos comentando una crisis climática atípica, pero la realidad es que tenemos una lechería climática. Lo que sucede con la producción de leche en Argentina depende del clima, nada de los volúmenes que se ordeñan son respuestas a decisiones estratégicas del productor”, analizó el dirigente.

Desde su punto de vista, una de las principales falencias que la cadena sigue sin abordar es la formación de precios, incluso al punto de que hoy los tambos continúan con el sistema en que entregan la leche a las usinas sin saber cuánto van a cobrar por su producto.

“Hoy la lechería es casi pre capitalista, nos manejamos solo con costo más precio, algo imposible de sostener”, acotó García Maritano.

Este panorama agrava un contexto en el que “los costos de producción están volados; rentabilidad no hay, y encima el productor en campo alquilado perdió además la cosecha de maíz”, continuó.

CRÍA

Por su parte, Milano recordó las estimaciones del Rosgan de que, como consecuencia de la baja condición corporal que tuvieron las vacas durante la primavera y el verano, debido a la sequía, la preñez fue muy mala y en 2024 van a nacer, “como mínimo, un millón de terneros menos que este año”.

A esto se suma que, para reducir las cargas en los campos y también evitar empeorar aún más la condición de las vacas, los terneros que se enviaron a los feedlots tuvieron entre 10 y 15 kilos menos, con la pérdida económica que eso significa.

“Hay una descapitalización extraordinaria en el sector de la cría”, subrayó Milano.

Este proceso empeora aún más debido a que son múltiples los factores que soplan en contra, conformando lo que Milano definió como una “tormenta perfecta”.

Por ejemplo, citó que las correcciones de precios en el Mercado de Cañuelas son muy bajas en relación a una inflación que ya supera con creces el 100%.

“La carne es noticia cuando aumenta; cuando no, nadie dice nada, y hace 8 meses que no pasa nada. La vaca se está vendiendo mucho porque tiene demanda china, pero en términos reales está 40% más barata, y eso contribuye al proceso de pérdida de capital”, puntualizó Milano.

SE FUE LA INVERSIÓN EN “PATAS”

Un impacto indirecto que mencionó Milano del contexto de sequía es que cortó el flujo de fondos que habían tenido muchos productores agrícolas en los últimos años y que habían sostenido el negocio de la cría.

“Hasta el año pasado, la invernada venía bien, porque el sector agrícola invertía en ganadería, debido a que la inversión en ‘patas’ siempre es un refugio de valor contra la inflación. Pero sin cosecha, desapareció el plus de dinero del productor agrícola comprando ternero, y hoy el mercado es pura oferta y demanda, con mucha oferta y no tanta demanda”, explicó Milano.

De todos modos, pese a estas variables, manifestó su optimismo mirando hacia adelante, entre otras cosas, porque “el mundo quiere nuestra carne”.

“Hace siete u ocho meses que estamos viendo una tormenta perfecta, pero somos optimistas. En septiembre se va a recomponer el pasto y también va a seguir firme la demanda internacional, sobre todo de China que hace cinco años no compraba carne y hoy se lleva el 35% de lo que se vende en el mundo”, completó Milano.

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