Los cambios al Reglamento de la Leche, impulsados por un exministro ganadero, han tenido efectos opuestos a los esperados.

Una vez más, los ganaderos y la gran industria láctea están enfrentados en Perú. El gremio que representa a los primeros acusa a Gloria, la principal acopiadora del mercado, de bajar el precio que les paga por su producto para presionar al Ministerio de Desarrollo Agrario (Midagri) a que derogue los cambios hechos al Reglamento de la Leche el año pasado.

El anterior gobierno modificó el proceso de elaboración de la leche evaporada, el lácteo industrial más consumido en el país, supuestamente en favor de los productores locales. En concreto, prohibió meter leche en polvo -que es importada- a la mezcla, para que solo se pudiera usar leche fresca (la cual se compra en distintas zonas de Perú).

Los ganaderos esperaban generar mayores ingresos, pero eso no ha ocurrido. Al contrario: el costo de la norma lo han terminado asumiendo ellos mismos.

“Las reglas del mercado no se pueden manejar con leyes. La norma no obliga a comprarle al ganadero. Hubo una falsa ilusión de ellos en pensar que con eso le doblaban el brazo a la industria”, explica Hugo Wiener, docente de Ciencias de la Gestión de la PUCP y ex presidente de Agrobanco.

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