Desde la época de Guillermo Moreno y las medidas más o menos formales para restringir las importaciones -como la obligación que para importar un producto una compañía debía conseguir una exportación por un valor similar-, las empresas proveedoras de alimentos y bebidas son las últimas a las que le cortan el acceso a los dólares al tipo de cambio oficial. Esto explica que, a diferencia de lo que ya sucede con las cadenas de electrodomésticos o los corralones de materiales para la construcción, al menos hasta ahora la corrida del blue no derivó en un proceso generalizado de suspensión de las entregas por parte de los fabricantes en las góndolas, aunque sí se registran faltantes puntuales en algunas categorías de alimentos básicos, como aceites, arroz y farináceos.
“En el caso del arroz todas las empresas están exigiendo subas superiores al 15% y la entrega de aceite también está muy complicada. Hay producto en las góndolas, pero nadie puede asegurar todo el surtido. Las empresas proveedoras vienen hace tiempo intentando pasar aumentos por fuera del programa Precios Máximos. Hasta hace 30 días, las cadenas regionales y de capitales nacionales veníamos piloteando bastante bien el tema. Y cuando nos querían colar una suba los denunciamos a la Secretaría de Comercio y el proveedor terminaba volviendo. Ahora, ya no nos entregan al precio acordado o, en el mejor de los casos, nos cuotifican la mercadería”, explicó a LA NACION Víctor Palpacelli, presidente de la Federación Argentina de Supermercados y titular de la cadena cordobesa Almacor.
El panorama se complicó especialmente para las cadenas más chicas y los pequeños comercios como almacenes, autoservicios de barrio y supermercados chinos, cuyo poder de negociación siempre fue menor y ahora tienen menos fuerza para plantarse ante el pedido de los fabricantes de “aumento o cuota”.
“Los proveedores siguen entregando, pero no toda la mercadería que pedís. Lo más grave que nos pasó fue con una bodega de las grandes. Con el aumento del 6% que autorizó el Gobierno, hoy solo te entrega un 30% del volumen histórico que te vendía el año pasado. El resto lo tenés que aceptar con subas que son del doble, vía quita de bonificaciones y de descuentos”, explicaron en una cadena de supermercados del interior.
Marca propia
Por el lado de las grandes cadenas de supermercados, el mayor impacto de la escapada del dólar blue se siente en la entrega de los productos de marca propia. Los artículos que los supermercados venden con su marca son fabricados por terceros y en la mayoría de los casos se trata de proveedores medianos y pequeños, que hoy enfrentan una tormenta perfecta, con ventas en caída y algunos costos en ascenso. Entre estos últimos se encuentran algunos insumos dolarizados y el costo de mano de obra que aumentó, no tanto por un incremento salarial, sino por el alto nivel de ausentismo en las plantas derivado de la pandemia.
“Las empresas que nos fabrican la marca propia no tienen espalda para absorber los costos y nos están suspendiendo las entregas. Y a esto se suma que se trata de las mismas empresas que tienen las marcas más baratas de cada categoría, con lo cual se ve que en muchos rubros las propuestas más económicas están desapareciendo”, explican en una cadena de las grandes.
En los principales supermercados también dan cuenta de faltantes en productos importados y algunos alimentos gourmet, como salsas barbacoas, marcas de mostazas o anchoas.
Mesa de enlace
El panorama es tan complicado en las góndolas que esta semana varios jugadores que históricamente estuvieron enfrentados decidieron armar una mesa informal del sector comercial para presentarle sus propuestas a las autoridades nacionales. La “mesa de enlace” del comercio reúne a los supermercados mayoristas -liderados por Víctor Fera, el dueño de Maxinconsumo, que ahora acaba de asumir como presidente de Cadam, la cámara mayorista-, a las cadenas del interior nucleadas en la Cámara Argentina de Supermercados y a la Federación de Almaceneros. Vía Zoom están definiendo cuáles serán sus próximos pasos.
“Queremos ir más arriba de la Secretaría de Comercio y explicarles al ministro [de Desarrollo Productivos, Matías] Kulfas y al jefe de Gabinete [Santiago] Cafiero lo que nos está pasando, porque así como está, esto termina mal”, explicó LA NACION uno de los empresarios que el martes participó de los zooms fundacionales del nuevo grupo.