La antropomorfización de los animales es una confusión en la que solemos caer. Tendemos a buscarles características típicamente humanas, sentimientos y comportamientos. Esto no quiere decir que no merezcan respeto o compasión, sino que nos hace creer que tienen las mismas necesidades que las personas y ese pensamiento nos conduce a la emoción sin escalas y a pasar por alto cualquier inquietud que nos permita dudar de que estamos equivocados.
La domesticación es un proceso que llevó miles de años. Ciertas poblaciones de animales evolucionaron con la población humana hacia nuevas maneras. Tenemos animales que son dóciles, que interactúan con los humanos y que, por ejemplo no sufren estar confinados, no se estresan por ello.
La capacidad adaptativa de los animales domésticos hizo que puedan acompañar a los humanos y coevolucionar con ellos. Si bien no es lo mismo un animal casi suelto en una pequeña granja familiar que cientos en corrales, hoy día existen estándares de bienestar animal que regulan la actividad pecuaria para que no esté contrapuesta con esos valores . Lo que puede fallar son los controles, pero eso tampoco significa que todo aquel que críe animales de producción los maltrate.
Algo que está instalado en las campañas en contra de la cría de ganado para consumo de leche y carne es que los más grandes son los más despiadados, y sin embargo son los que menos pueden escapar de estas regulaciones, porque su complimiento es requisito a la hora de exportar o de validar sus productos para los distintos mercados.
Una de las situaciones que suele presentarse como un acto de crueldad es el método de ordeño mecánico, y es falso que las vacas sufren y son lastimadas en este procedimiento ¿En qué cabeza cabe un productor dañando lo que genera su negocio? Es un razonamiento sencillo.
Sin embargo es importante contar que la máquina extrae rápida y gentilmente la leche sin dañar pezones ni tejido mamario, copiando el método de succión del ternero, funciona generando vacío de manera discontinua y cíclica a nivel del pezón, extrayendo la leche y conduciéndola a un tanque de enfriamiento. Los sistemas de ordeño robotizados son la mejor prueba que existe de que la vaca no es dañada en este proceso, ya que ingresa en él voluntariamente. Las hembras en lactación necesitan ser ordeñadas 2 veces al día cómo mínimo, y estar tranquilas y relajadas. Cualquier perturbación les hace liberar adrenalina, inhibiendo el reflejo de eyección de la leche.
La ganadería alimenta al mundo, pero antes es un negocio para quien la desarrolla, y no es rentable para nadie un rodeo sufriente y maltratado: un animal en esas condiciones no es productivo. Piensen eso primero siempre, antes de dar paso a la conmoción que provocan las campañas del terror. No se dejen manipular. Y si aún así tienen dudas, pregunten a los que saben, pasen y vean.
Y sobre todo no olviden, que consumir lácteos hace bien.
Vos ¿Ya tomaste tu vaso de leche hoy?
Valeria Guzmán Hamann
EDAIRYNEWS