Cuando Joaquín Rodríguez llegó a la Argentina a principios del siglo XX, tal vez no imaginó que su destino sería crear una empresa que no sólo es una marca icónica del dulce de leche, sino que además tiene presencia en innumerable cantidad de productos hechos para terceros. Hacia 1926, este joven nacido en España decidió emprender su propio negocio de reparto de dulce de leche. Lo primero que hizo fue sumarse a una empresa que fabricaba dulce de leche en el segmento industrial. En ese momento tenían la marca El Mago.
Con los años, fue su primogénito, Ernesto Luis Rodríguez, el que quedaría a cargo de las acciones de su padre.Hoy, los bisnietos de don Joaquín ya participan del negocio, cuenta Adrián Cagnoli, vicepresidente de Vacalin.
La planta elaboradora, con maquinaria de última tecnología, produce cerca de 25.000 toneladas anuales, lo que representa cerca de un cuarto del consumo total del producto a nivel nacional. Acaban de inaugurar su nueva planta en el mismo predio y en unos años pretenden duplicar su producción.
La empresa hoy abastece a muchas de las grandes marcas de alfajores y golosinas del país. Esto los terminó de convencer de que el futuro de la empresa pasaría por liderar un proceso de internacionalización y llevar el dulce de leche desde Bartolomé de Bavio, Provincia de Buenos Aires al mundo.
“Durante muchos años nos enfocamos en la producción del dulce de leche a gran escala para abastecer a las industrias y convertirnos en los principales proveedores de empresas alfajoreras, heladeras, magdalenas. Desde entonces nos hemos convertido en el principal productor de dulce de leche de Argentina y por esa razón también tuvimos la oportunidad de llevar el producto para atender nuevos mercados en el exterior” comenta Cagnoli.
La empresa inicio el proceso de exportación en el año 2000, principalmente en países limítrofes como Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile. Sin embargo, a partir del 2012 le dieron mayor relevancia al área de comercio exterior, profesionalizando todos los procesos administrativos internos y también con los organismos involucrados para poder garantizar un mejor proceso de negociación, con la intención de desarrollar nuevos mercados y atender nuevos clientes.
“Nuestro reto fue presentar el dulce de leche y su uso. En la Argentina, es un producto usual y de alto consumo, pero en otras partes del mundo no lo conocían; para ello necesitábamos crearles el deseo y fomentarlo en los hábitos de consumo. Por esa razón nuestros primeros pasos en comercio exterior fue distribuirlo a clientes de foodservice (panaderías,gastronomías,heladerías). para que lo usaran como insumo o ingrediente principal en sus alimentos”, c.uenta
Agrega que “por otro lado, como parte de este crecimiento, desarrollamos etiquetas para países como Korea, Hong Kong, Dubai, Siria y hasta Rusia. Poco a poco estamos ocupando importantes plazas, exportando a países como Estados Unidos, Canadá, Costa Rica, Panamá, Corea, Dubai, Rusia y mucho más.” añade Cagnoli.
La empresa participa de muchas ferias comerciales que permiten un contacto más inmediato con los interesados. En el 2019 la empresa participó en ExpoalimentAr, donde se destacaron con el premio de la industria láctea. Para el próximo año si el Covid-19 se los permite, tienen pensado participar en exposiciones internacionales con un stand propio, como estrategia de branding y posicionamiento.
Otras acciones relevantes es el armando de oficinas comerciales en varios países con representantes comerciales para establecer las negociaciones. Además, hicieron una gran inversión en la inscripción de la marca en todos los países y regiones que piensan desarrollar, entre ellas la Unión Europea.
Exporta el 8% de su producción actual de lacteos y el 3% de la producción de dulce de leche.
Cagnoli, destaca y hace énfasis en que es muy importante crecer y desarrollar nuevos mercados con relaciones comerciales de largo plazo. “Mas allá del contexto sociopolítico del país, nuestra meta es hacer conocer el dulce de leche Vacalin en el mundo”, asegura.