Los establecimientos lácteos de EEUU reducirán sus ingresos este año en un 58%. Así por ejemplo, una explotación de 1.000 vacas en Wisconsin (uno de los estados lecheros por excelencia), tendrá una disminución en su ingreso neto de unos 500.000 dólares.
En tanto, explotaciones más grandes en Texas e Idaho podrían tener pérdidas en torno al 1,2 millones de dólares según la estimación de la Federación Nacional de Productores de Leche. Como media, estima una pérdida de 345.000 dólares.
Por este motivo, la Federación está en contra de que se fije un máximo de 125.000 dólares en el pago de la asistencia federal por desastre.
El cierre de la restauración y la reducción de las exportaciones por el coronavirus ha mermado considerablemente la demanda. Hay que tener en cuenta que la hotelería y los restaurantes absorben el 40% de la producción de queso y la exportación el 65% de la leche desnatada en polvo.
En consecuencia, el sector estima que actualmente hay una sobreoferta del 10%, por lo que la industria ha ralentizado la transformación y los ganaderos se ven con el problema de qué hacer con la leche, porque hasta tirarla en un problema.
La producción crecería casi un 2%
Cabe destacar que el último informe de estimaciones de la oferta y la demanda mundial de la agricultura de mayo del USDA aumentó las previsiones tanto para la producción de leche de 2020 como para el precio total de la leche, pero solo ligeramente.
La producción de leche para 2020 se pronostica en 100.879 millones de litros, lo que significa un leve aumento de producción con respecto al pronóstico del mes pasado, principalmente debido a un número de vacas más alto de lo esperado.
Si se concreta, aumentaría aproximadamente un 1.8% del total de 99.064 mil millones de litros de 2019.
Fuente: Agrodigital.com y Progressive Dairy