La situación de los tambos de las cuencas lecheras de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires seguirá complicándose en el corto plazo, con un aumento de costos que corre por encima de la evolución de los precios que recibe el productor. Ese incremento de costos se ve fuertemente afectado por la devaluación superior al 100% impuesta por el gobierno de Javier Milei, sin medidas atenuantes, y cae cuando la mayoría de los tambos de la región de Rafaela todavía no pudieron recuperarse de los efectos de la devastadora sequía de los últimos dos años.
El principal impacto de la escalada de costos se da en la alimentación. La relación del precio de la leche contra los componentes de la dieta de un animal lechero -maíz, expeller de soja, afrechillo de trigo- cayó brutalmente por el efecto devaluación y pegó en la línea de flotación de la nave tambera, que siempre transita por aguas encrespadas.
En un informe elaborado por el equipo de trabajo del INTA encargado de elaborar los “costos regionales de producción de leche” -y que integran los profesionales Patricia Engler, Gabriel Litwin, Walter Mancuso (todos de Entre Ríos); Laura Gastaldi (de la Estación Experimental Rafaela); Magdalena Marino, Marina Maekawa, Guillermo Martín (Buenos Aires), Alejandra Centena y Mónica Moretto (Córdoba)- se concluye, luego de un pormenorizado análisis técnico de las distintas variables, que “el costo promedio de corto plazo continúa siendo más elevado que el precio recibido, a lo cual se suma un incremento de la participación relativa de los gastos de alimentación”.
En términos comparativos, “mientras se espera un incremento del 33% en el precio de venta de la leche, el costo aumentaría en promedio un 48%, generando en el corto plazo un deterioro más marcado del flujo de fondos de los tambos”, subraya la información.
“Cabe mencionar que este análisis no considera el impacto residual de la sequía estival 2022/23, que aún afecta a algunos tambos de la región pampeana”, enfatiza el informe.
Alimentar los animales, más caro
El principal impacto de la devaluación se da sobre los costos de alimentación. Según el informe, mientras en noviembre pasado, con el precio promedio del litro de leche en 150 pesos, el costo de producción se mantenía levemente por encima, el tambero tenía que dedicar 52% de su presupuesto a los gastos de alimentación del rodeo, un 24% a reposición, reproducción y sanidad; 14% a la mano de obra; 6% al alquiler, mantenimiento y limpieza de equipos y 7% a los gastos de estructura. Eso significa que por cada 100 mil pesos que le entran al tambero en su caja, tuvo que poner 103 mil pesos para producir, de los 52 mil fueron para darle de comer a las vacas.
Pero al terminar diciembre, con un precio estimativo promedio de 200 pesos por litro, los costos de producción se irán por encima de ese valor en varios puntos porcentajes. Y la participación porcentual de los costos de alimentación crece 10%. Con los números posdevaluación, por cada 100 mil que cobre por el producto de sus ventas, el tambero tendrá que calcular un costo de producción de 116 mil pesos. Y de ese dinero, 62 mil será en alimentos. La cuenta es simple: para equilibrar sus números el tambero tiene que dejar de invertir en algo: o menos alimentación de calidad para el rodeo (lo que deriva en menor producción), o recortar alguno de los otros ítems, descapitalizando su establecimiento.
El siguiente es el informe completo elaborado por el equipo del INTA. Lo compartimos.