El ingeniero agrónomo Yamandú Acosta explicó que, en conditions de altas temperaturas, el tejido periférico del ganado lechero demanda glucosa para regular la temperatura corporal, lo que compite directamente con funciones clave de producción, como la síntesis de lactosa y proteína de la leche.
“En conclusión: el calor afecta el volumen y la composición de la leche; vendemos menos leche y esa leche tiene menos proteína.”
Para enfrentar este desafío, Acosta propone dos líneas de acción fundamentales:
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Proporcionar sombra y mojado de los animales, de modo de reducir directamente la radiación solar y mejorar el confort térmico.
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Ofrecer dietas más frescas, con menor necesidad de fermentación, lo que reduce la generación de calor interno. Esta alimentación requiere ser cosechada en primavera para usarse en el verano más agresivo.
Además, señaló que las instalaciones deberían diseñarse con techos altos y orientaciones específicas (este-oeste para que la sombra se mueva poco, o norte-sur para que el sol “barra” debajo, ayudando a secar y fortalecer la higiene).
Las recomendaciones de Acosta apuntan a que el sector lechero pueda mitigar la pérdida en volumen y calidad de la leche que genera el estrés térmico. Un enfoque integral de manejo, infraestructura y dieta es clave para sostener productividad y rentabilidad.
Fuente: Todo El Campo — “Yamandú Acosta: El calor afecta el volumen y la composición de la leche”.






