Las espadas siguen en alto en el sector lácteo: las diferencias entre los ganaderos, la industria y la distribución persisten a propósito de los precios que reciben los productores, a quienes los costes se les han disparado especialmente por culpa de la energía, los cereales y los piensos. Desde el lado de la producción exigen un importante incremento en igual medida en que se han incrementado los costes que soportan. «Los precios de la leche no pueden estar por debajo de los 40 céntimos», han especificado desde UPA. En la mayoritaria Asaja han añadido que los productores «no pueden esperar» y lamentan que no haya mucho movimiento desde la Industria y la Distribución, aunque la primera ya ha puesto sobre la mesa la posibilidad de una subida de «poco más de un céntimo» sobre los precios actuales de cara al año que viene, según fuentes consultadas.
La movilizaciones previstas en diferentes partes de España no serán desconvocadas.
Desde la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), en declaraciones a ABC, su director general Luis Calabozo atribuye la actual crisis de costes «principalmente, por la materia prima, la energía y la reestructuración del propio sector. Así como un proceso de cambios de nuestro modelo productivo, que está regido por la nueva ecocondicionalida de la Política Agraria Común (PAC) o la estrategia de la granja a la mesa». Calabozo ha estimado que los costes de producción se han incrementado «en aproximadamente un 22% en alimentación vacuno, 11% en mano de obra, 59% en energía, 48% en emisiones de carbono, y en un 35% punto verde; lo que supone un inevitable aumento de costes de producción para el sector lácteo».
Una crisis que Calabozo ha reconocido que se agrava «por la insostenibilidad de la cadena de valor» y se une a las críticas del lado de la producción para que se atiendan las peticiones del sector. «Estamos comprometidos en la lucha por la viabilidad del sistema y por una formación de precios justa y eficiente para los ganaderos, las industrias y distribución», ha apuntado
Por este motivo, Calabozo se ha mostrado partidario de que se ilegalice la venta a pérdida al consumidor «y que se ponga en valor a los lácteos» y advierte de los peligros de depender de otros países a medio plazo. Además, ha pedido que en el Senado, la reforma de la Ley de la Cadena también ilegalice «la venta a pérdidas por categoría al consumidor, se regularice las relaciones comerciales y haya simetría de condiciones entre industria y distribución, así como lo está entre industria y ganaderos». En cualquier caso, ha mostrado su temor a que la actual crisis termine en pérdidas y destrucción de empleo.
Mediación ministerial
Entretanto, a instancias del secretario general de Agricultura y Alimentación Fernando Miranda, las organizaciones agrarias (Asaja, COAG y UPA) junto a Cooperativas Agroalimentarias se han reunido con la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil) y la distribución representada por Asociación Española de Cadenas de Supermercados (ACES), Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED) y la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas). En la misma, Miranda ha reconocido las dificultades que están atravesando los ganaderos y recordado que la diferencia entre lo que cobran por la leche respecto a sus homólogos europeos no deja de agrandarse. Miranda ha trasladado a las partes la necesidad de «ajustar» el funcionamiento de la cadena de valor, especialmente ante el aumento de los costes de producción para seguir creando valor. Además, ha reconocido las dificultades que están atravesando los ganaderos y recordado que la diferencia entre lo que cobran por la leche respecto a sus homólogos europeos no deja de agrandarse.
Según datos oficiales de la Comisión Europea y el Observatorio de Precios del Ministerio de Agricultura, entre 2018 y 2020 el precio medio que recibieron los ganaderos por la leche fue de 0,32 céntimos/litro frente a 0,35 céntimos/litro de la media de la Unión Europea (UE). Los ganaderos españoles, siempre según estos datos, estarían lejos de sus homólogos franceses (0,378 céntimos/litro), italianos (0,359 céntimos/litro) o irlandeses (0,375 céntimos/litro).
Desde Asaja han recordado que el sector tiene «un endeudamiento alto» por las inversiones realizadas en el pasado para modernizar sus explotaciones y temen que la actual crisis lleve al cierre de decenas de ellas. El número de instalaciones se ha reducido drásticamente desde los años 90, desde unas 232.000 hasta las 12.000 actuales.