El consumo de leche líquida en España lleva cayendo desde hace muchos años, pero parece que está tocando a su fin.
Según los datos oficiales del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en el año 2010 se consumieron en los hogares españoles 3,52 millones de toneladas, frente a las 3,18 que se consumieron a cierre de 2017. La caída, del 9,6%, llega al 20% si se compara con el año 2000.
La preocupación en el sector lácteo ha sido enorme, pero sus campañas de concienciación parecen haber surtido efecto.
¿Y cuáles son los motivos de la caída del consumo de leche?
Según ha explicado Luis Calabozo, director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), a MiBolsillo, el suplemento económico de 20minutos.es, “casi el 100% de los hogares españoles siguen comprando productos lácteos, pero hay seis millones de hogares que han reducido el consumo en torno a un 40%”.
Fenil encargó un informe a la consultora Kantar para detectar quiénes y por qué habían decidido dejar de consumir leche, o consumir menos. Según este estudio, de los seis millones de hogares que redujeron su consumo, “el 70% cree que sigue comprando la misma cantidad que antes, es decir, no son conscientes de que consumen menos leche y lácteos”.
El 30% restante sí ha decidido prescindir de los lácteos. De entre los hogares que han reducido el consumo sin darse cuenta, según Calabozo, la mayoría son “familias con hijos de entre 7 y 17 años”. “Es ahí donde van nuestras campañas, hacerles ver la importancia de consumir más leche”, indica. No obstante, el director general de la patronal de la industria láctea es optimista y percibe “una recuperación, sobre todo en consumo de queso y también de leche líquida gracias a las campañas divulgativas”.
Competencia de las bebidas vegetales
Desde Inlac, la Organización Interprofesional Láctea (que incluye a los ganaderos españoles), Charo Arredondo, su presidenta, cree que “los productos vegetales de soja, almendra, etc, que no son leche, han tratado de desplazar a la leche natural y han hecho daño”.
Arredondo cree que “a veces hay gente que consume por modas, pero esos productos vegetales no tienen ni el calcio, ni las vitaminas ni las proteínas que tiene la leche de vaca”.
La presidenta de Inlac confía en que el cambio de norma en el etiquetado, que obliga a incluir el origen, ayude al sector. “Muchos consumidores quieren tomar leche de aquí y ayudar a las ganaderías españolas”. “Leve mejoría” La directora de Marketing de Calidad Pascual, Mar Doñate, ha destacado que “este último año el mercado ha mostrado una leve mejoría rompiendo con la tendencia de los últimos años”.
En concreto, cifra en un 0,5% el crecimiento en diciembre de 2018 respecto al año anterior, que “principalmente viene dado por el crecimiento en segmentos como el de leche sin lactosa y otros más pequeños como la leche fresca o eco”.
Por ello, la directiva de Calidad Pascual confía en que “2019 será un año de consolidación de esta recuperación” en el consumo de leche líquida.
Según Sebastián Rodríguez-Correa, experto en consumo de la consultora Nielsen, “hay consumidores que tienden a apartar de su dieta productos lácteos ante problemas digestivos, ya sea por prescripción médica o por decisión propia, y dejan de consumir leche tradicional y se pasan o bien a la sin lactosa o bien a las bebidas vegetales”.
Según explica, “dentro del lineal de la leche, son las digestivas las que logran sostener la categoría, con un crecimiento en ventas por volumen del 21% en 2018”.
En cambio, las tradicionales y calcio (que representan casi el 80% de litros vendidos) cayeron un 4%. Las bebidas de soja cayeron un 6% en 2018, según el consultor de Nielsen, mientras que las bebidas de avena, almendras, avellanas, arroz y quinoa fueron las “triunfadoras” al crecer un 11% en volumen.
Semidesnatada, la más vendida La leche semidesnatada, con el 47%, es la más consumida en España, según Luis Calabozo, director general de la patronal láctea. Le sigue la desnatada, con el 28%, y la entera, con el 25%.
Según Mar Doñate, directora de Marketing de Calidad Pascual, “para el consumidor, la leche semidesnatada es la más equilibrada en cuanto a sabor y contenido de materia grasa”, mientras que la variedad entera “suele ser la primera elección de los amantes de leche y la más consumida por los pequeños de la casa”.