Se refiere a que, por ejemplo, según el USDA, Nueva Zelandia, proyecta una producción de 21,7 millones de litros en 2019, 1% menos que en 2018, aunque pronostica un aumento de 6% en sus exportaciones. Para la Unión Europea, en tanto, el USDA estima un aumento de solo 0,4% en la producción debido a la reducción de vacas lecheras y escasez de alimentos causada por la sequía de 2018.
Castañeda plantea que uno de los desafíos actuales para el sector, a nivel global, es cuidar la confianza de los consumidores que prefieren los lácteos, informando su origen y características, y avanzar en la apertura comercial disminuyendo las barreras comerciales, evitando posturas que de alguna manera limiten la producción y comercialización.
—La UE busca instalar una lista de productos con indicaciones geográficas (IG) que impediría producir cerca de 70 tipos de queso. ¿Qué opinión le merece?
—Sencillamente aberrante. La Unión Europea ha hecho esto de las indicaciones geográficas una prioridad en muchos acuerdos y no tiene ningún sentido. Desde el punto de vista económico, los mismos estudios europeos indican muy pocas ganancias debido a las IG. Chile debe mantenerse firme, como muchos países, y no permitir que ninguna IG que no sea el nombre con el apellido, como Grana Padano, Provolone Valvadano, Parmegiano Reggiano, sea protegida.
—Su organización ha intervenido en las consultas públicas de México y Chile. ¿Cuál es el mejor argumento para no aceptarlas?
—Que estos nombres —grana, provolone, parmesano— son comunes y se producen en muchas partes del mundo, incluyendo socios comerciales como EE.UU. Si le doy la protección a esos nombres, le estoy quitando el acceso de mercado que Chile ofreció a EE.UU. en el Acuerdo de Libre Comercio.
—En Chile, los productores pudieron zanjar con la autoridad de Salud la diferencia entre productos lácteos y bebidas vegetales. ¿Han avanzado en este tema los productores de EE.UU.?
—Seguimos en la lucha. Lastimosamente, creo que hoy día EE.UU. es el único país del mundo que permite que a un jugo de almendra se le pueda decir “leche”. Es una vergüenza y una situación que estamos comprometidos a cambiar y hacer que la Food & Drug Administration haga cumplir sus propias regulaciones.
—¿Por qué ha costado tanto?
—Primero, mucha información errónea. Mucha falsedad en el márketing y, además, una dejación por cumplir las regulaciones que están en el libro por parte de la FDA. Parece que la FDA pensó que eso no le hacía daño a nadie. Hoy hay niños que se enferman porque creen que toman un producto de igual nivel nutricional que la leche y obviamente no lo es.
—¿Es un tema de competencia desleal o de definición del producto?
—Queremos que las compañías dejen de usar términos lácteos. Si es margarina, llámenla margarina, no mantequilla de base panta o mantequilla vegana. Eso no existe. Como el producto Oatley, a base de cebada. En Suecia, donde se originó, siempre se llamó Oat Beverage (bebida de avena), pero en EE.UU. lo llaman Oat Milk, solo por la falta de implementación de parte del FDA.
—¿Qué tanta amenaza pueden llegar a representar?
—No mucha hoy día, pero existe la preocupación de que el consumidor sea usado y confundido, y que crezca con la idea de que estos productos tienen el mismo nivel nutricional que la leche o productos lácteos. Es tiempo de que se acabe el libre uso de términos lácteos en productos que no son derivados de la leche de un mamífero.
—Una columna del Washington Post, de Gene Baur, menciona que el público cambia sus hábitos de consumo hacia productos orgánicos y de origen vegetal…
—Hay un pequeñísimo porcentaje que sí ha crecido, pero de un nivel muy bajo. Puedo crecer de cero a 1.000 por ciento, pero sigue siendo un número muy pequeño. Si bien el consumo de leche en EE.UU. ha bajado, se debió a información errada. Pero el consumo de productos lácteos está creciendo todos los años. Mira la mantequilla como dio vuelta y ahora es una estrella.
—En la columna, Baur señala que lo mejor que se puede hacer con los lecheros es ayudarlos a salir del negocio por lo costoso de los subsidios. ¿Qué responde?
—No he visto este artículo. No sé de qué costo alto de los subsidios habla. En los últimos cinco años, los productores americanos le dieron al fisco americano más de US$ 70 millones netos. Significa que mientras se le entregaron subsidios por US$ 12 millones, el productor americano le pagó al fisco de EE.UU. US$ 90 millones en primas. No sé de qué subsidios habla el señor Baur.
—¿Es verdad que el 73% de los ingresos de los leche proviene de apoyos del gobierno?
—En Europa quizás; en EE.UU. es totalmente falso. Hubo un reporte falso de los productores de leche de Canadá durante las negociaciones del NAFTA el año pasado. Era un estudio pagado por los productores de leche de Canadá para inventar y usar mecanismos que un estudiante de colegio puede darse cuenta de que sin ninguna base técnica económica, ni respeto a la verdad
—¿Ustedes son partidarios de los subsidios?
—Tenemos un programa de apoyo de primas para un seguro de margen. Y estamos muy orgullosos de que es para el productor más pequeño, para momentos muy malos y con subsidio muy menor. No tenemos subsidios como Europa. Si no, pregúnteles si recibieron algún subsidio a los miles de productores que han perdido la finca por los bajos precios.