A contramano de lo pregonado por los funcionarios nacionales, el desacople del precio local de los alimentos en relación a los valores internacionales ya existe. Desde hace tiempo resaltamos que esto se da en el valor absoluto de los productos; por ejemplo, el último viernes la soja cotizaba a USD 466 en Chicago y a USD 356 en la Argentina (sin tener en cuenta la diferencia mayor producto de la brecha cambiaria). Pero también queda plasmada en la evolución de sus valores a través del tiempo.
En ese sentido, el Índice de precios de los alimentos de la FAO (organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) se situó en noviembre en un promedio de 134,4 puntos, 1,2% más que en octubre y 27,3% más que en noviembre de 2020.
El último aumento representó la cuarta subida mensual consecutiva del valor del índice, que alcanzó su nivel más elevado desde junio de 2011.
Según explica la FAO, de todos los subíndices, el de los cereales y el de los productos lácteos fueron los que más subieron en noviembre, seguidos por el del azúcar, mientras que el de la carne y el de los aceites vegetales disminuyeron, aunque ligeramente, respecto del mes anterior.
Subas de precios, rubro por rubro
El índice de precios de los cereales registró 4,3 puntos (un 3,1 %) más que en octubre y 26,6 puntos (un 23,2 %) por encima del nivel de hace un año. “La fuerte demanda combinada con la escasez de la oferta, especialmente de trigo de mayor calidad en los principales países exportadores, siguió empujando al alza por quinto mes consecutivo los precios del trigo, que alcanzaron su nivel más elevado desde mayo de 2011”, indicó la FAO. Y agregó que “la incertidumbre respecto de posibles cambios en las medidas de exportación de la Federación de Rusia también favoreció la subida”.
A su vez, el índice de precios de los productos lácteos se ubicó 4,1 puntos (un 3,4 %) más que en octubre y 20,2 puntos (un 19,1 %) por encima del nivel registrado en el mismo mes el año pasado. En noviembre, “las cotizaciones internacionales de la mantequilla y las leches en polvo subieron de forma acusada por tercer mes consecutivo, impulsadas por las escasas disponibilidades exportables a escala mundial y el agotamiento de las reservas, debido a la disminución de las entregas de varios de los grandes países productores de leche de Europa occidental, lo cual coincidió con una producción inferior a lo previsto en Oceanía”, detalló la organización. Esto se conjugó con la continuidad de una “fuerte demanda mundial de importaciones” pese a “la incertidumbre en los mercados respecto de la demanda a corto plazo provocada por las crecientes restricciones sociales relacionadas con la COVID-19”, agregó.
El otro rubro en crecimiento fue el azúcar que aumentó 1,6 puntos (un 1,4 %) en relación a octubre, con lo que revirtió la mayor parte del descenso del mes anterior y alcanzó un nivel casi un 40 % superior al registrado en el mismo mes del año pasado.
En tanto, el índice de precios de los aceites vegetales registró en noviembre un ligero descenso (de 0,3 puntos o del 0,2 %) respecto del récord registrado el mes anterior.
Finalmente, el índice de precios de la carne mostró un descenso de un punto (un 0,9 %) desde octubre y una cifra que, pese a haber disminuido por cuarto mes consecutivo, aún se encuentra 16,5 puntos (un 17,6 %) por encima del valor registrado en el mismo mes de hace un año. El movimiento se dio por la baja de las carnes de cerdo y ovinas, mientras la bovina permaneció estable “ya que el descenso de las cotizaciones de la carne del Brasil se vio compensado por el aumento de los valores de exportación en Australia, el cual obedeció al bajo nivel de ventas del ganado destinado a sacrificio ante la gran demanda de reconstitución de la cabaña ganadera”.
La comparación con los precios de los alimentos en la Argentina
Si bien aún no se conocen los datos oficiales del precio de los alimentos de la Argentina a noviembre, la última medición del INDEC, del mes de octubre, arrojó una suba interanual del 51,4%.
Cabe aclarar que el Índice de la FAO no representa los valores de venta al público sino que toma como referencia las transacciones comerciales de productos entre países. Es decir, se puede interpretar que genera una inflación de base.
Por eso, la explicación sobre por qué la suba de los alimentos pasa del 27% global al más de 51% local, debe ser encontrada en los desfasajes propios de la macroeconomía argentina, antes que a una tendencia global de incremento de valores.