Asaja pide a la industria que no tense más la cuerda en los precios porque aboca al cierre de granjas y a la reestructuración del sector si continúa la venta a pérdidas.

Asaja de Castilla y León pide a las industrias lácteas que no tensen más la cuerda con unos precios de la leche que están abocando a más granjas al cierre y solicita al Gobierno y a la Junta de Castilla y León que, en el marco de sus competencias, desarrollen la Ley de la Cadena Alimentaria y obliguen a su cumplimiento.
Con motivo de la celebración del Día mundial del queso, el próximo sábado 27 de marzo, alerta de una nueva reestructuración en el sector lácteo si continúa la venta a pérdidas y asegura que los ganaderos de vacuno de leche se encuentran en una situación de desamparo al no poder repercutir sus costes de producción en la factura de la venta de la leche.
En un comunicado, se refiere al informe de mercados que publica regularmente la organización holandesa LTO Nederland, donde se recoge que en estos tres primeros meses del año los ganaderos españoles, con precios de 31,69 euros por cada cien kilos, cobrarán dos céntimos de euro por litro menos que la media del resto de Europa, y hasta tres céntimos menos que países como Francia, netamente excedentario.
Por ello, Asaja denuncia que son las empresas las que a través de sus pactos ilegales intervienen en el mercado para que, siendo España un país que importa un tercio de su consumo, los precios al ganadero desde hace ya cinco años sean entre un 10 y un 15 por ciento inferiores a los de la mayoría de los países europeos que nos exportan parte de sus excedentes.
En el caso de Castilla y León recuerda que son ya menos del millar, en concreto 985, las explotaciones de vacuno, con una producción de 953 millones de litros al año, por la que los ganaderos de esta comunidad autónoma cobran de las industrias lácteas 28,6 millones de euros menos de lo que cobran los ganaderos franceses por el mismo volumen de ventas.
A ello, une que las ayudas de la PAC son más elevadas en los países competidores por el diferencial en las ayudas de pago básico por hectáreas de cultivo o pastos.
Es por ello que demandan a las industrias lácteas que no tensen más la cuerda con unos precios de la leche que están abocando a más granjas al cierre, y que remuneren a los ganaderos para cubrir sus costes de producción y alcanzar al menos la media de cotizaciones del resto de Europa, un cambio de política comercial que en ningún caso debería suponer incrementos apreciables para el consumidor.

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