Hombre con una dilatada carrera sindical en las U.U.A.A. y en la política en las filas del PSOE de Dumbría, Casais apunta a varios factores como detonantes de la larga crisis que viene azotando al sector lácteo y al campo en general y, fiel a su trayectoria personal y profesional, además de a las grandes empresas comercializadoras de leche, también pone la mirada crítica sobre el propio sector pues, a su entender, adolece de una conciencia de unidad colectiva.
“Hai moitos culpables pero o principal é o produtor, e eu, sendo produtor, teño que dicilo con esa franqueza porque nunca atopei un apoio decidido”, lamenta en alusión a sus intentos de unir un sector que, en su propia división, tiene, a su entender, su mayor Talón de Aquiles.
Comprar fuera: más caro y de menor calidad
Hombre apegado al rural, donde vive y donde tiene su explotación ganadera familiar, Antonio entona un sentido alegato a favor del mantenimiento de un estilo de vida que, entre la baja natalidad y las pocas oportunidades laborales existentes en la zona, ve cada vez más difícil por culpa de la tendencia de los propios habitantes de la comarca a desplazarse a las grandes superficies comerciales de las grandes ciudades. “A xente cegouse irresponsablemente coas novas tecnoloxías e non se dan conta de que mercar fóra pode supoñer un accidente e, ademáis, é máis caro e, de querer mercar un produto de calidade coma os que aquí temos, non é caro, é carísimo”, apunta.
No acaba el veterano ganadero de entender cómo es posible que las propias gentes de la zona den la espalada a “un concepto tal de calidade de vida” como el que el rural de la Costa da Morte ofrece a aquellos que quieran descubrirlo y vivirlo.
División, clave del problema
Bregado en mil batallas, Casais no tiene pelos en la lengua incidiendo en reclamar una necesaria unidad de acción de un sector y una tierra en la que ve más fácil ser pasto de la envidia que asumir una cultura del esfuerzo y la excelencia. “Aquí, como non se pode subir traballando duro, o que algúns queren é que se funda o seu veciño para así destacar eles tamén”, declara con una nada oculta sorna.
Palabras vacías
Crítico se muestra también con la clase política y empresarial, pues de unos dice que, buscando la rentabilidad del voto, no van a tomar medidas que teman impopulares para solucionar la crisis del campo, mientras que de los otros tiene claro su objetivo: rentabilidad económica. “Ao final, todo se queda en palabras bonitas que non levan a parte algunha”.