La empresa alimenticia Mondelez, que produce galletitas, caramelos chocolates y jugos con las marcas Milka, Oreo, Pepitos, Halls, Tang y Beldent, entre otras, solicitó a la Secretaría de Trabajo habilitar una negociación con representantes sindicales para iniciar un proceso de suspensión de 500 trabajadores, que se desempeñan en sus plantas de Pacheco (Tigre) y de Victoria (San Fernando), por un período de seis meses a partir del 1° de diciembre.
En la presentación, la compañía argumentó que como consecuencia de la brusca caída de la actividad económica, registró en el último período una “sensible baja de las ventas” y una preocupante acumulación de stock de sus productos. Por eso, ofreció a los asociación sindical la formulación de suspensiones concertadas para evitar despidos. La propuesta fue rechazada por los representantes gremiales.
En el último período se vienen registrando una caída en el consumo y desaceleración en nuestras ventas, con la consecuente acumulación de stock de productos y reducción de la producción
“La coyuntura económica que atraviesa el país afecta de manera directa a la industria de la alimentación de la que somos parte. En el último período se vienen registrando una caída en el consumo y desaceleración en nuestras ventas, con la consecuente acumulación de stock de productos y reducción de la producción. En este contexto, se están evaluando medidas temporales en nuestras plantas para evitar medidas más extremas”, indicaron desde la empresa.
Fuentes del sector gremial, explicaron que la empresa propuso que durante las suspensiones los empleados cobraran un 90% de su salario básico, pero que no se incluyen ítems como premios por puntualidad y otros incentivos. En las dos plantas trabajan en total más de 2.000 personas. Además, la compañía cuenta con otra fábrica en Villa Mercedes (San Luis), donde se producen los jugos Tang y Clight.
“La fábrica no puede descargar la crisis sobre los trabajadores. El gremio y la comisión interna rechazan las suspensiones”, remarcó Rodolfo Daer, titular del Sindicato de Trabajadores de la Alimentación. “La actividad está semiparalizada, pero ni en la crisis de 2001 ni en la transición entre Alfonsín y Menem, la empresa realizó despidos o suspensiones. Tienen espaldas para soportar la crisis”, recordó. En ese momento, la empresa era Terrabusi y luego pasó a manos de la multinacional Kraft.
En el último período se vienen registrando una caída en el consumo y desaceleración en nuestras ventas, con la consecuente acumulación de stock de productos y reducción de la producción. En este contexto, se están evaluando medidas temporales en nuestras plantas para evitar medidas más extremas
La primera audiencia, donde se rechazó el plan de suspensiones, fue el 6 de noviembre pasado y la próxima se realizará el viernes 15. “Hemos pasado la crisis de 2001, que fue mucho más pesada y donde se devolvía la mercado porque no había ventas. Ahora rechazamos la presentación que hace la empresa por endeble”, señaló Jorge Pelayo, representante de la comisión interna de la empresa. Según relató, de las siete líneas de producción de la planta de Pacheco, hoy están trabajando entre tres y cuatro líneas.
Varias de las grandes empresas del sector alimenticio atraviesan una situación delicada. Arcor, por ejemplo, anunció que anticiparía vacaciones y discontinuó su producción en una fábrica de chocolates en San Luis, otra de la marca La Campagnola (conservas de duraznos, cóctel de frutas y vegetales) en Mendoza, y de conservas de tomate en Choele Choel, de Río Negro. Por su parte, Unilever cerró una de sus plantas en La Rioja, donde se producían salsas y aderezos, y despidió a 120 empleados.