“Desde el Área de Productores de Conaprole sugerimos que se una tarea planificada, con objetivos o metas claras y que se cuente con un monitoreo continuo”, dijo la Ing. Agr. Yoana Dini.
En se sentido, se sugiere crear un “buen equipo de trabajo” donde el médico veterinario, el productor y el personal de los tambos están alineados con un objetivo definido: preñar la mayor cantidad de vacas en el menor tiempo posible.
“Entendemos que la reproducción es un aspecto clave para lograr una muy buena producción de leche y carne, y, por ende, lograr buenos resultados económicos en los establecimientos”, aseguró Dini.
Factores que influyen
Existes varios factores que inciden en el resultado reproductivo de un tambo:
-Condición corporal de las vacas de parto
-Salud de las vacas
-Detección de celos
-Técnica de inseminación artificial
-Toros
-Reemplazos
-Registros
-Infraestructura
El veterinario Mauro Torterolo indicó que la condición corporal al secado y al parto es uno de los factores “más importantes” en el desempeño reproductivo del rodeo lechero. “Una condición 3,25-3,5 de las vacas nos ayuda a achicar el balance energético negativo, una mejor transición y, por lo tanto, un reinicio de la ciclicidad en menor tiempo”, explicó. Una forma rápida de ver la condición del preparto es ver la línea que se forma entre el hueso de la cadera y los isquiones. “La vaca que está en buena condición corporal debe tener la forma de U y no de V”, explicó el técnico.
Por otro lado, algunos de las condiciones que aseguran que un rodeo está sano son: recuento de células somáticas menor a 250 mil, bajo porcentaje de vacas tratadas contra mastitis clínica y baja incidencia de enfermedades podales. También es fundamental asegura la inocuidad de los alimentos.
En tanto, en la detección de celos, la capacitación del personal es un punto donde las acciones que se pueden tomar. En los rodeos lecheros uruguayos los celos suelen darse a los 21 días en 40% y 70% de los casos, con diferencia entre los tambos e incluso dentro del propio establecimiento durante el período de servicio.
“Es imprescindible motivar y capacitar al personal encargado de levantar el celo para que detecten la mayor cantidad de vacas, así como asegurarse que las vacas detectadas estén realmente en celo”, indicó Torterolo.
El uso de parches o pinturas mejoran notoriamente los resultados.
Por su parte, el uso de la técnica de inseminación se debe realizar respetando todos los pasos y respetando las normas de higiene de todos los implementos utilizados. En el caso de que solo se utilice toros, la evaluación del veterinario debe ser de rutina ya que una falla puede provocar una “gran pérdida” en el objetivo final.
Los reemplazos y registros
Según el Dr. Carlos Grela la tasa de reemplazo (parición de vaquillonas) de los tambos en relación con la cantidad de vacas masa no debe ser inferior al 25% cada año. “Las vaquillonas deben llegar al servicio entre los 15 y 18 meses de edad con un 55% del peso adulto de las vacas”, indicó. Esto permite un mayor porcentaje de preñez y una parición entre los 24 y 27 meses.
A su vez, indicó que los registros reproductivos deben llevarse en tiempo real para poder tomar decisiones en forma rápida y “poder corregir sobre la marcha”. “Los registros pueden ser manuales o electrónicos, pero deben estar a mano para poder consultarnos en cualquier momento”, indicó.
Por otro lado, Grela comentó que siempre es importante trazarse metas anuales. Por ejemplo, preñar un 75% de las vacas masa en el período o un 30% de vaquillonas. También es importante establecer metas de monitoreo como tener una tasa de detección del celo del 60% o una tasa de concepción del 40%. “Eso nos arroja una tasa de preñez deseable del 24%”, apuntó.