Que China es el que marca el ritmo de la demanda mundial de lácteos no es una novedad, pero todo indica que esa condición seguirá varios años más.
Foto Rabobank

La sed de leche en china no se detiene, la demanda que había estado creciendo constantemente se ha disparado aún más después de que los médicos promocionaran sus beneficios para la salud en medio de la pandemia del coronavirus y las empresas lácteas de todo el país se embarcaron en un frenesí de construcción de granjas lecheras para aumentar su producción.

Pero saciar esa sed será complicado, sobre todo porque encontrar los millones de vacas más necesarias para las granjas nuevas y ampliadas planificadas será un desafío.

China es el tercer productor de leche más grande del mundo, pero la producción de 34 millones de toneladas del año pasado solo cubrió alrededor del 70% de las necesidades internas. Lo que complica las cosas son los costos de la alimentación en un máximos de varios años, mientras que la tierra y el agua también escasean, lo que hace que el país sea un lugar costoso para producir leche

En esta vorágine por las nuevas granjas lecheras en China se anunciaron el año pasado 200 nuevos proyectos de megatambos, hasta el momento se han incorporado 10,000 vacas a ordeño, pero en total los planes requieren que se en los próximos años se agreguen alrededor de 2,5 millones de vacas, aproximadamente la mitad del rebaño de ordeño actual de China.

Y todos sabemos, a esas novillas importadas hay que alimentarlas, y los costos de alimentación presentan otra dificultad, ya que las novillas importadas se toman su tiempo antes de convertirse en vacas lecheras.

Política del tercer hijo

Y como si la actual situación no fuese suficiente el medio estatal Xinhua ha anunciado que, tras una reunión del Comité Central del Partido Comunista Chino, el presidente Xi Jinping ha anunciado que se permitirá que cada pareja tenga hasta tres hijos, lo que marca el final de la política de dos hijos que se implantó en 2015 y que sustituía a la norma de hijo único vigente desde 1979.

El ratio de fertilidad del país está actualmente en 1.3 hijos por mujer (muy lejos de la tasa de reposición del 2.1 hijos por mujer), haciendo así a China compañera de tabla de los países menos fértiles del planeta, como Corea del Sur, Singapur o España. Se encuentran en su punto de nacimientos más bajo desde 1961, después de una dramática hambruna.

El problema, el de siempre: la inversión de la pirámide poblacional. Hoy hay un 18.7% de población de 60 años o más cuando diez años antes éstos representaban el 13.3%. El pronóstico de sus estadistas es que pasen a ser un 33% para 2050, y otro informe de 2019 de la Academia China de Ciencias Sociales dijo que, de mantenerse las ayudas sociales y la natalidad actual, es probable que el fondo de pensiones estatal se quede sin dinero para 2035.

Este cambio puede ser muy lucrativo, en especial para los proveedores mundiales de fórmulas infantiles, ya sabemos que desde el escándalo con la leche adulterada con melamina en 2008 la confianza de los consumidores en las marcas locales desapareció para siempre.

Hoy China es el gran bebedor de leche, pero la gran noticia para el mercado mundial es que seguramente lo seguirá siendo por varios años más.

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