Aunque en los últimos años está ganando protagonismo el chino o el indio, el sector lácteo mundial sigue hablando mayoritariamente francés. De hecho, tres de las cinco principales lácteas a nivel mundial, en cuanto a nivel de facturación, son de capital galo o, en el caso de Nestlé, suizo. Multinacional esta que, tras más de una década liderando de forma absoluta el mercado lechero global, fue superada en 2020 por Lactalis, cuya presencia también es predominante en el campo gallego al mantener una recogida diaria superior a los 1,5 millones de litros.
«Nos sentimos muy orgullosos de ser la primera compañía láctea del mundo. Como empresa familiar de dimensión internacional, nuestro mayor objetivo ha sido siempre, y será, el de poner a disposición de los consumidores alimentos lácteos sanos, sabrosos, sostenibles y de calidad. Animados siempre por nuestros valores corporativos: ambición, por seguir mejorando de forma constante; compromiso, con los productos, los territorios y las personas, y sencillez a la hora de afrontar nuestros retos», apuntan desde la filial ibérica de Lactalis, que participó en las buenas cifras del grupo matriz con unas ventas anuales superiores a los 1.200 millones de euros el año pasado.
China gana posiciones
Al igual que sucede en otras actividades económicas, China también busca posicionarse de forma importante en el negocio lácteo. Buena prueba de ello es que la empresa estatal Yiri logró incrementar su cifra interanual de negocio en más de un 30% hasta alcanzar los 15.400 millones de euros, lo que le permite situarse como la quinta láctea a nivel global.
Sustitutos lácteos
Aunque pudiese parecer paradójico, la industria láctea también controla la fabricación de muchos de los productos que, en teoría, se lanzan para sustituir a los tradicionales yogures, postres, helados o quesos elaborados con leche. Así queda de manifiesto en el informe de Global Dairy Top 20 de Rabobank que señala que estos sucedáneos se han vuelto comunes en la cartera de productos de las mayores lácteas del planeta, hasta el punto de dificultar enormemente la extracción de los ingresos procedentes de los lácteos puros.
Las previsiones apuntan a un crecimiento sostenido de este sector durante los próximos años que algunos estudios cifran incluso en dobles dígitos durante el próximo lustro.
Otro tanto sucede con los resultados de la producción tradicional que, según los analistas de Rabobank, serán sólidos para las empresas incluidas en el Top 20 mundial debido a que los precios de los productos lácteos subyacentes alcanzaron niveles récord o casi récord en todo el mundo a raíz de la guerra en Ucrania y la escalada de la inflación. Sin embargo, se anticipa una demanda mundial de productos lácteos más débil en el segundo semestre de 2022, debido a la combinación de bloqueos relacionados con el Covid, la inflación que afecta el poder adquisitivo de los consumidores y a otros obstáculos económicos como el debilitamiento de las monedas locales, especialmente el euro frente al dólar estadounidense.