Se está hablando mucho los últimos días de concretar lo firmado en el acta de San Francisco hace 18 años. ¿Es actual ese acuerdo? ¿En caso de serlo, se puede implementar con la legislación existente? ¿Qué hace falta para que se concrete?
Si, la verdad es que ha reflotado este tema o mejor dicho no se ha terminado de resolver. Pero lo importante es ver que hay coincidencia en dar un paso definitivo sobre estos temas para lo cual debemos llevar adelante una conversación sincera e integral de los mismos.
Pasó mucho tiempo y el tema vuelve a la mesa, creo que es hora de avanzar rápidamente en los puntos de acuerdo y a medida que vayamos cerrando esos temas podremos encarar los que aún como sector no hemos consensuado del todo.
El trabajo y la buena predisposición de todos como sector es la única forma de dar un cierre a este tema, pero resulta fundamental que lo hagamos con razonabilidad y empatía para no caer nuevamente en las cuestiones que llevaron a que 18 años después sigamos hablando de lo mismo.
¿El pago por calidad, no atentará contra los pequeños productores, que suelen tener menos dinero para invertir en alimento, sanidad animal, infraestructura, etc?
Este es un punto clave a tener en cuenta y tiene que ver con la pregunta respecto de la legislación y lo que hace falta para que se concrete.
Tenemos que ver este tema como un proceso donde nos propongamos trabajar sobre programas de mejoramiento de la calidad de leche. Durante dicho proceso debemos acordar los pasos para que, como vos bien decís, los productores que por la cuestión que sea hoy tienen problemas de calidad no queden fuera del sistema.
Cuando uno simula escenarios y sistemas de pago por calidad la brecha entre los de mejor y peor calidad es muy grande, esto atentaría contra el negocio de miles de tamberos. Por eso insistimos en verlo como un proceso donde todos deberíamos poner el ojo en este tema, mejorando la calidad y achicando esa brecha.
Podemos hablar de aumentar la cantidad de muestras, de laboratorios oficiales, de leche de referencia, de sistema de resolución de controversias, etc. pero si la calidad es mala el precio debería ser malo. La planilla de comparabilidad es un primer paso y estamos trabajando para que todos los productores la reciban, evalúen su desempeño y tomen acciones referidas a la calidad.
Para citar un ejemplo: en el mes de agosto la leche A1 se llegó a pagar $ 21,69 mientras que la E3 se pagó $ 17,87 y el promedio fue de $ 18,33. Hoy la brecha entre la de mejor y peor calidad fue de $ 3,82. Podrán observar que el promedio está mucho más cerca de la E3 que de la A1, eso significa que hay mucha más leche de inferior calidad. Hay mucho por hacer y corregir pero estamos convencidos de retomar el camino para cumplir con esta demanda histórica.
¿Cuál es el negocio de la lechería argentina?
El negocio de la lechería argentina lo deberían definir los productores e industriales, nuestro rol es de facilitadores para resolver obstáculos y generar condiciones para que el negocio se desarrolle, crezca y en caso de existir desequilibrios interceder para lograr la equidad entre los actores.
También debemos trabajar fuertemente en lo relativo a la transparencia y condiciones de lealtad comercial para que todos los actores tengan las mismas reglas y compitan entre sí en un marco de igualdad.
¿Si alguien tiene dinero y pregunta si debería intervenir en la lechería argentina, qué argumentos le daríamos para convencerlo?
Obviamente que sí, sobran los ejemplos de casos exitosos de producción de leche tanto en sistemas intensivos como en sistemas pastoriles, tenemos mucha diversidad y riquezas naturales que favorecen la producción de leche. Existen sistemas de producción y comercialización de manera asociativa que están funcionando muy bien.
En el sector industrial también podemos identificar ejemplos innovadores que lograron desarrollar productos, líneas de producción y mercados entre otras cosas. Muchas Pymes han iniciado este camino de la innovación y diversificación como estrategia de sustentabilidad que les permite sortear de mejor manera los momentos difíciles por los que puede atravesar la economía de un país y un mundo globalizado.
El sector es un generador permanente de oportunidades y esas oportunidades a su vez se transforman en empleo y el empleo genera desarrollo para nuestros pueblos. Lo importante es trabajar unidos y complementarnos para el bienestar de la lechería argentina.