La aprobación de la fusión entre Quillayes y Surlat, el lunes 2 de diciembre por la Fiscalía Nacional Económica (FNE), no sorprendió.

Así lo señalan nuestros asociados del centro y centro-sur del país, quienes no pusieron reparos a esta operación en su etapa de consulta, aunque sí ven necesario conocer con mayor claridad cómo va a operar.
En efecto, la lechería funciona bajo ciclos biológicos y de clima, a largo y mediano plazo, por lo que es importante conocer cuál será el esquema que adopte esta nueva compañía para calcular el precio pagado a productor, sus proyecciones y perspectivas.

De no mediar cambios significativos en la relación que por años estas firmas han desarrollado con sus productores-proveedores, la fusión debiese consagrar a un sexto poder de compra de leche cruda, con un estimativo que superará en más de 30 millones de litros a su más cercano perseguidor, el grupo francés Lactalis.

En el intertanto, la FNE ha considerado que la operación no reviste un riesgo para el mercado, mientras los productores ven en la consolidación de esta nueva sociedad una oportunidad de desarrollo de la lechería local, en el entendido que esta fusión persigue seguir creciendo en el mercado lácteo.

Por lo pronto, Quillayes, con una planta procesadora en La Araucanía y otra operando en la zona central, presenta una recepción de leche de 37,1 millones de litros a octubre, lo que supone una baja de 5,2% frente a igual período del año anterior. Mientras Surlat, con dos unidades en funcionamiento en la misma región, presenta un alza de 6,2%, sumando 97,6 millones de litros en el período.

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