Este año el precio de la materia prima en el tambo comenzó a tomar un camino de ascenso que pocas veces en la historia se registró.
El calor fue bajando la producción, tal como se da en cada verano, pero la demanda extraordinaria de leche con destino social hicieron que la necesidad de asegurar leche cruda por parte de las industrias empiece a levantar los precios de una forma extraordinaria.
Se debe tener en cuenta que la leche producida en enero se pagó 9,63 en promedio a nivel nacional, mientras que por la producción del mes de junio se pagaron 15,15 pesos por litro. Son casi seis pesos de escalada los que consiguió la materia prima, pero no por inteligencia en las decisiones políticas, sino por la simple ecuación de oferta y demanda.
En febrero la producción cayó a los 668 millones de litros en el mes y para junio se estableció en 808 millones. En definitiva la lechería sigue estancada en las cifras globales de 1999, más allá de las fluctuaciones de oportunidad.
En el medio de todo esto y sin nuevos mercados internacionales generados, a pesar de las prédicas que se escuchan desde Agroindustria, las 19 empresas lácteas registradas para exportar hacen sus negocios y de esa manera sostienen sus cuentas.
El consumo interno está muy planchado, porque sólo mirando al litro de leche en tetra pack, el aumento estuvo cercano a los 20 pesos en un semestre y aunque al momento se haya detenido el esquema de remarcación, cada vez que nos enfrentamos a una góndola de lácteos hacer cálculos y recortar la compra termina siendo inevitable. Se suma a esto que postres, yogures y flanes por encima de 30 pesos por unidad, o queso crema rondando los 90 pesos, e incluso el queso cremoso por encima de los 300 pesos por kilo influyen en un consumo muy recortado.
Según datos oficiales la caída en la demanda interna de leches fluidas tuvo en una caída del 13 por ciento, -11% en leches en polvo, -6% en quesos y el resto de los lácteos tiene un consumo retraído del 13 por ciento en la comparación entre el quinto mes de 2019, respecto al de 2018.
En este contexto, es sabido que la primavera con un poco más de leche iba a traer calma en el ajuste de precio al productor, sin embargo los tiempos se aceleraron.
La materia prima producida en julio que ahora se empieza a liquidar y pagar llegará con noticias nada buenas. La mayoría de las industrias cesarán en el incremento de los valores, sobre todo las que estaban en números por encima de los 15 pesos. La novedad es aún más compleja si se tiene en cuenta que con esta semana de apreciación del dólar y devaluación del peso, la cuenta en el campo donde los insumos se compran en moneda extranjera y se amortizan en moneda nacional, generan una brecha siempre difícil de cubrir.
Una vez más el tambero es el primero de la cadena que pierde y no hay respaldo posible.
Cuando les advertía a los productores que era momento de negociar, de animarse a los contratos era porque el horizonte mostraba esto y los nubarrones llegaron antes de lo esperado. Se debe entender que la formalización de la lechería debe empezar por las partes, ya que la política no tiene intenciones de ofrecerlo. Fueron pocos los que se atrevieron y acertaron y mucho mejor les irá cuando con un precio de referencia real se puedan tener a mano valores a futuro y una consistencia mayor en los negocios.
En el mundo también
Por otra parte, este martes la cotización internacional de lácteos que sirve como referencia para el sector tuvo una nueva contracción.
La subasta electrónica de Fonterra generó valores negativos en su evento 241. Venía de una recuperación luego de cuatro caídas, pero nuevamente los números cayeron 2,6 por ciento en promedio. No hubo un solo producto en alza.
Partiendo del commodity fundamental que es la leche entera en polvo (-1,7% 3.039 dólares), la seguidilla es llamativa, pero claramente estuvo atada a la crisis China-Estados Unidos y además de afectar a los precios, complicará la provisión de lácteos que Nueva Zelandia tiene con el gigante asiático.
La leche descremada en polvo cayó -1.6%, 2.482 dólares por tonelada; la manteca -5%, 4.165; grasa anhídrida de leche -5%, 5.525; y el queso cheddar -2%, 3.838.
La época del año y la tendencia parecieran ofrecer nuevas caídas en los próximos meses, aunque se recomponga la relación de las principales economías que a esta semana la iniciaron con un impacto en todas las cadenas productivas.