A simple vista parece un queso tradicional: redondo, con corteza firme y aroma suave. Pero al cortarlo, su interior se transforma en una crema caliente y sedosa que se derrite lentamente sobre el plato. No es magia: es ciencia láctea.
Algunos quesos del mundo están diseñados para ofrecer ese contraste entre firmeza externa y corazón fundente.
La ciencia detrás del queso que se derrite por dentro
El secreto está en la maduración controlada y en la acción de mohos naturales como el Penicillium candidum.
Durante el afinado, las enzimas actúan desde la corteza hacia el centro, rompiendo las proteínas y grasas.
Así, el interior se vuelve cada vez más cremoso mientras la superficie mantiene su forma.
El ejemplo más famoso es el Vacherin Mont d’Or, un queso suizo de pasta blanda que se envuelve en una corteza de abeto y se hornea antes de servirse. Al abrirlo, su interior se funde como lava láctea, ideal para untar con pan o papas.
También el francés Reblochon, elaborado en los Alpes de Saboya, logra una textura fluida al calentarse gracias a su maduración en cuevas húmedas y frías.
Queserías argentinas que experimentan con texturas fundentes
En Argentina, cada vez más productores buscan replicar ese efecto “fundente desde adentro”.
Queserías de Santa Fe, Córdoba y Neuquén están adoptando cámaras de maduración controlada y técnicas de afinado lento, logrando quesos de pasta cremosa que se transforman con el calor.
Estos productos artesanales se ubican en el segmento gourmet, y ya aparecen en ferias regionales y tiendas especializadas, mostrando que la innovación también puede surgir desde la tradición.
Una experiencia sensorial completa
El atractivo de estos quesos no está solo en el sabor, sino en la experiencia visual y táctil: cortarlos, ver cómo se abren y sentir su textura cremosa.
El contraste entre corteza firme e interior líquido los convierte en protagonistas de tablas, platos calientes o postres salados.
Maridan perfectamente con vinos blancos secos, panes rústicos o frutas de estación.
El “queso que se esconde” representa la alquimia de la lechería: una mezcla de biología, tiempo y arte humano.
Es el recordatorio perfecto de que detrás de cada queso hay algo más que sabor: hay transformación, historia y paciencia.
En un mundo que busca inmediatez, estos quesos nos enseñan a esperar… y disfrutar.
Fuentes: BBC Travel, The world’s most unusual cheeses (2024); Le Temps, Le Vacherin Mont d’Or, fromage de saison; Ámbito Financiero, Queserías artesanales argentinas apuestan por la innovación (2025).