Ércole Felippa, presidente de Manfrey, señaló que el vínculo abre muchas posibilidades para Córdoba.

La incorporación de Argentina a la Nueva Ruta de la Seda china fue avalada por referentes del sector lácteo cordobés, que calificaron como “positivo” el acuerdo rubricado días atrás por el presidente Alberto Fernández. Ércole Felippa, presidente de la empresa Manfrey y dirigente del Pro, sostuvo que significan un “incremento del comercio a nivel mundial”. Sin embargo, no ocultó su pragmatismo al aseverar que “no podemos dejar de hacer una lectura geopolítica. Que hagamos un acuerdo con China no implica que lo dejemos de hacer con otros países o tengamos que elegir entre China y Estados Unidos”.

En esa línea, señaló que la disputa entre el gigante asiático y con la potencia del norte puede considerarse como “beneficiosa” para Argentina. “Hay una política de Estados Unidos de depender cada vez menos de China y direccionar esa actividad industrial a países periféricos. Estados Unidos ofrece una oportunidad que México ya está aprovechando”, explicó en diálogo con Radio Universidad.

“Teniendo en cuenta la heterogeneidad de su perfil productivo y todo su complejo agroalimentario, Córdoba ofrece grandes oportunidades de intercambios comerciales”, explicó el también ex presidente de Fadea durante la administración de Mauricio Macri.

No obstante, al referirse a la llegada de más de 23.000 millones de dólares en inversiones, Felippa advirtió que “no nos podemos abrir indiscriminadamente con el ingreso de productos de consumo que terminan atentando contra nuestras empresas”. “China es un productor de bienes de capital y tecnológico que podemos incorporar y es un mercado ávido por materias primas que producimos”, explicó el empresario.

Entre los puntos salientes del acuerdo, no obstante, también se encuentran importantes desarrollos tecnológicos espaciales que involucran a nuestra provincia.

En ese sentido, se confirmó que el gobierno nacinal acordó la construcción en territorio cordobés de una estación de seguimiento del sistema global de navegación satelital “Beidou”, el “GPS” chino. Según se explicó, será la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) la que se encargará de brindar la infraestructura, los servicios para la operación y el mantenimiento, mientras que los chinos se encargarán de facilitar las imágenes satelitales.

Al respecto, Gonzalo Ghiggino, doctor en Estudios Globales por la Universidad de Shanghai, señaló que con estos acuerdos China “busca reforzar la política de ‘ganar-ganar’ (win-win) y fomentar inversiones con valor agregado”. “Se intenta tener una participación más activa en el concierto global y moldear la globalización para tener sus propias reglas de juego”, especificó.

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