Un tratado de libre comercio tiene unidos a productores y procesadores de leche. Se trata de dos eslabones de una misma cadena que tradicionalmente han tenido discrepancias por los precios del producto y en cuanto a la visión de mercado. Sin embargo, ahora están en la misma orilla: un no rotundo a un acuerdo comercial con los países aspirantes a asociados a la Alianza del Pacífico que permita importar productos lácteos de Australia y Nueva Zelanda, potencias mundiales en producción y exportación.
El tema está en discusión desde el Gobierno anterior. Desde 2018, gremios como Asoleche (de la industria) y Analac (de los productores) han explicado las condiciones desiguales que hay entre Colombia y los países de Oceanía. Desde el comienzo el mensaje ha sido que, de entrar en competencia, empezaría una cuenta regresiva para la desaparición de un sector que emplea a alrededor de 500.000 ganaderos y 200.000 personas en el eslabón industrial.
Nueva Zelanda, por ejemplo, procesa 6,5 veces el acopio formal de leche cruda en Colombia, un nivel de productividad muy por encima de los colombianos. En cuanto a la leche en polvo, la producción neozelandesa es más de 43 veces la de Colombia, y la de Australia, 7,8 veces mayor, según cifras que presentó el Ministerio de Agricultura en julio pasado. En cuanto a carne, Australia produce el triple que Colombia y, si bien Nueva Zelanda produce menos, exporta 40 veces más.
“Nos hemos dado cuenta de que tenemos que trabajar de la mano para hacer un sector robusto y productivo”, dice Laura Polanco, coordinadora de desarrollo empresarial de Asoleche, gremio que lleva a cabo su congreso los días 30 y 31 de mayo en Bogotá. Los retos que supone este TLC, reconoce Polanco, han sido uno de los motivos para convocar en este evento a todos los eslabones: ganadores y proveedores. De cerca de 600 asistentes, unos 250 son productores, afirma.
“Es oportuno que los ganaderos y los productores de leche se acojan en este esfuerzo”, señala Javier Ardila, gerente de Analac, y aclara que no irán al congreso como gremio, pero sí individualmente, como productores. El dirigente es enfático al decir que no han estado ni estarán dispuestos a ceder en ninguno de los productos que piden que sean excluidos de la negociación, que se retomará la próxima semana en México.
Al respecto, la viceministra de Comercio Exterior, Laura Valdivieso, sostiene que el “mandato” para los jefes negociadores ha sido y sigue siendo que el sector lácteo esté excluido. Explica que en noviembre del año pasado fueron suspendidas las negociaciones entre la Alianza del Pacífico (conformada por México, Colombia, Perú y Chile) y los países aspirantes a asociados del bloque (Australia, Singapur, Nueva Zelanda y Canadá).
El objetivo era hacer una “reflexión interna” y fijar posiciones conjuntas en el marco de la Alianza del Pacífico en asuntos que también forman parte de la discusión, como propiedad intelectual o temas laborales y ambientales. “Hace un par de semanas, en México, acordamos hacer una primera reunión entre los jefes negociadores los próximos 5 y 6 de junio”, precisamente para retomar los diálogos con los aspirantes a asociados y exponer las conclusiones de estos meses de discusiones internas.
Una de las propuestas en materia económica más sonadas del presidente Iván Duque cuando era candidato era que no firmaría nuevos TLC. Frente al reproche que ahora hacen desde los gremios, la viceministra explica que al llegar la nueva administración había “dos procesos en negociación que había que honrar, porque Colombia es cumplidor de sus compromisos internacionales”. Se refiere a este proceso y al de Japón. A ellos se sumó el acuerdo firmado con el Reino Unido para mantener relaciones comerciales a pesar del Brexit.
Sobre los posibles resultados de la mesa de negociación, la viceministra dice que prefiere no anticiparse o entrar en el campo de la especulación. Por lo pronto, es cierto que en los gremios hay preocupación, y no son los únicos. Igualmente, el sector azucarero ha pedido ser excluido. En esto, Australia es potencia como el tercer exportador del mundo.
A los volúmenes y la productividad se suma el hecho de que Nueva Zelanda y Australia son países ya abiertos al comercio mundial, con aranceles muy bajos (5 %) o nulos, mientras Colombia tiene altas tasas de protección y mayores restricciones en admisibilidad sanitaria. “No vemos ningún beneficio para el país con ese TLC”, coinciden Asoleche y Analac.