Desde la Fundación Apertura compartieron un trabajo que demuestra el efecto nocivo del gravamen para las economías de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos.

Fundación Apertura

La economía de las provincias de la Región Centro sufren el impacto de las retenciones agropecuarias, que son un sobre impuesto que pagan los productores agropecuarios de la región pampeana fundamentalmente.
Por eso, vamos analizar el impacto hacia adentro de la economía de nuestras provincias, es decir cómo impacta este impuesto en la actividad económica. Debemos decir que es muy llamativo que los dirigentes políticos de nuestras provincias nunca hallan encargado la medición del efecto recesivo de las retenciones al agro hacia adentro de las respectivas economías subnacionales.

Lo reiteramos, es lamentable pero no hay estudios integrales y detallados al respecto y enfatizamos que debería realizarse un estudio profundo para medir el impacto. Pero algunas estimaciones, calculan que las retenciones están generando una caída anual de la actividad económica de las provincias de la Región Centro, estimada en un 20 %, cifra (insistimos estimada), pero que sin dudas está afectando en forma integral y muy fuerte al interior de la actividad en la: inversión privada, el empleo, el consumo, la pobreza, la indigencia, la recaudación de fondos propios de las arcas Provinciales y de los Municipios y Comunas de las provincias de la región pampeana (Región Centro).

En el caso de Santa Fe para el año 2020, se estima que esta exacción implico unos 2.250 millones de dólares que al cambio promedio estimamos en 300.000 millones de pesos a valores corrientes de ese año que se le sacaron al circuito económico de Santa Fe.

Estimando un efecto multiplicador sobre la actividad económica de 5 veces, esto generaría un aumento del 37% en el PBG (Producto Bruto Geográfico de Santa Fe).

Seamos prudentes: estimemos un efecto multiplicador sobre la actividad económica de 3 veces, esto generaría un aumento del PBG de Santa fe del 20 %. Esto mismo afecta sin dudas, a las economías de Córdoba y Entre Ríos y a la economía de la provincia de Buenos Aires (Excluido el AMBA).

Su impacto en el PBI

En el año 2020, el monto de las retenciones agropecuarias fue de alrededor de 7.500 millones de dólares, y por diversos estudios oficiales y profesionales, podemos afirmar que la economía agroindustrial genera el 25% del PBI nacional.

Si eliminamos las retenciones, según diversos análisis de profesionales muy respetados, estimamos podría producirse un crecimiento adicional de la producción primaria del 30%.

Esto empujaría en forma inmediata, al resto de los eslabones del complejo agroindustrial, que hoy tienen esa capacidad instalada disponible (el sistema tiene capacidad ociosa).

Así el salto de la producción agroindustrial de un 30% anual, impactaría en un crecimiento de 7,50% el PBI. Dado el aporte del 25% del PBI del sector agroindustrial. Para ser prudentes, estimamos un salto de la producción agroindustrial de un 20% anual, que impactaría en un crecimiento, que implica 5 puntos del PBI.

Para ser más prudentes, estimamos un salto de la producción agroindustrial de un 12% anual, que impactaría en un crecimiento Lo que implica 3 puntos del PBI.

En conclusión: estimando un crecimiento más conservador podemos estimar que la eliminación de las retenciones puede generar un crecimiento adicional del PBI Nacional de un 3% anual de mínima todos los años. Crecer un 3% anual es más del crecimiento promedio de nuestro país de los últimos 50 años.

Pobreza, indigencia y retenciones

Si miramos los datos de pobreza e indigencia a lo largo de varios años, se puede ver que al revés de lo que se piensa, las provincias de la Región Centro presentan indicadores crecientes de pobreza e indigencia.

Además, se puede ver que, comparando con el promedio nacional, en los últimos años muestran índices cercanos a la media y a veces superan la media nacional, tanto en pobreza como en indigencia.

Po otro lado, se puede ver que, comparando con el promedio nacional, en los últimos años muestran índices cercanos a la media y a veces superan la media nacional, tanto en pobreza como en indigencia. Hay que destacar que hay un déficit en la información oficial y en los años 2012, 2013, 2015 y 2015 desde el INDEC, no se generaron los índices de pobreza e indigencia. Además, en los años 2008 al 2012, se presentan errores metodológicos que hicieron bajar los índices para todos los aglomerados y para el promedio del país.

Por esto, se dificulta construir series y la comparación inter jurisdiccional y anual, ver informe Problemas en la medición de pobreza e indigencia en nuestro país, https://www.fundacionapertura.org/).

Del análisis de las series del INDEC, vemos, por ejemplo, que los indicadores de pobreza e indigencia en los grandes aglomerados de la provincia de Santa Fe, que concentran el 60% de la población de la provincia, no son muy diferentes a los totales nacionales.

Es decir que Santa Fe no difiere de las provincias denominadas pobres, en cuanto a la necesidad de recursos para llevar adelante políticas públicas que ayuden al desarrollo económico y social, para bajar los índices de pobreza e indigencia de su población. Esto es importante, porque algunos argumentan que nuestra provincia es rica y debe ayudar a las más pobres, esto hoy es un mito que la realidad de los datos del INDEC desmiente.

Analicemos la serie del INDEC

La pobreza y la indigencia se miden utilizando el relevamiento de la EPH (Encuesta permanente de hogares), y esta se realiza en grandes aglomerados, no por provincia. Por eso para tener una idea de lo que se estima para cada provincia, se tomaron todos los aglomerados que corresponden a la misma provincia.

Pedirle al agro que hace 20 años paga sobre impuestos (retenciones) para bajar la pobreza, cuando la pobreza subió y cada vez la gente gana menos, muestra que hay que cambiar de política.

El costo de alimentos

En muchos sectores ciudadanos se ha instalado la idea que las retenciones agropecuarias son imprescindibles para bajar el costo de los alimentos.

El análisis de relevamientos oficiales (nacionales y provinciales) de todas las cadenas agroalimentarias, muestran que la participación de las materias primas (producida por el campo) es bajísimo. También lo muestra un tradicional estudio anual de CAME.

El análisis de este conjunto de información oficial, deja en claro, por ejemplo, que, en el pan, el costo del trigo es el 6% del precio final, lo mismo pasa en todos los derivados del trigo, la leche, las carnes, etc. O sea que si el trigo sube un 100% el impacto en el precio del pan seria de 6%.

En promedio el precio que pagan los consumidores argentinos el rubro mayor es el de los impuestos nacionales, provinciales y municipales, alrededor del 45% del precio final. Después viene el impacto de la logística (que también tiene carga tributaria excesiva (impuestos nacionales, provinciales y municipales).

Si hacemos el análisis comparado del costo de los alimentos en países vecinos que son fuertes exportadores de agro alimentos, como Brasil, Uruguay, Bolivia y Paraguay, vemos que, en estos países, el productor recibe el precio pleno sin retenciones, con libre cambio de divisas, y sin embargo los alimentos son en muchos casos más baratos que en Argentina.

Por eso, es claro que si queremos liberar al agro de las retenciones el impacto en los alimentos seria mínimo, y sin dudas si se baja la presión fiscal (combinada) el impacto sería nulo. Recordemos que, por mayor recaudación de ganancias, las provincias y Municipios recibirán más fondos de coparticipación automática, lo que les permite bajar las alícuotas de Ingresos Brutos y tasas municipales a los alimentos

Retenciones y “superutilidades” en el agro

En el imaginario de muchos sectores que apoyan las retenciones agropecuarias se piensa que el campo gana mucha plata. Los datos oficiales del “Ministerio de Agricultura, ganadería y Pesca de la Nación” muestran que la ganadería por ejemplo tiene para el 2021 una utilidad antes de impuesto a las ganancias de ente 1% negativo y 4% positivo.

Estos modelos teóricos no contemplan los efectos climáticos, por ejemplo, la brutal sequía de este año, que harán que los resultados reales caigan abruptamente.https://www.magyp.gob.ar/sitio/areas/bovinos/modelo s/resultados.

En el caso de los planteos agrícolas de la pampa húmeda, desde el Ministerio y desde varios ministerios provinciales desde hace mucho tiempo se generaron modelos para medir la rentabilidad del negocio agropecuario.

Lamentablemente el Ministerio de la Nación dejo de procesar esta información después del conflicto del 2008. Pero las matrices de costos, siguen vigentes y muestran que los planteos agrícolas de diversas regiones de la pampa húmeda oscilan entre el 1 y el 5% anual antes de impuestos.

También aquí, estos modelos teóricos no contemplan los efectos climáticos, por ejemplo, la brutal sequía de estos dos años, que harán que los resultados reales caigan abruptamente. Llamativamente, no contemplan los costos de reponer nutrientes, que en promedio hacen caer la rentabilidad en un1%.

Los planteos en campo alquilado, y con tecnología de punta, muestran rentabilidades del 8% antes de impuesto a las ganancias. (Sin ajuste por riesgo climático) Si analizamos en forma comparada las rentabilidades en Brasil Uruguay, Paraguay y Bolivia son un 40% más alto porque como dijimos allí los productores cobran precios plenos y sin intervención cambiaría.

En EE.UU., Australia y Nueva Zelanda, las rentabilidades antes de impuesto son bajas porque allí la tierra siguió subiendo de precio, con lo que el capital total involucrado en el negocio agropecuario cada vez es más grande. Este resultado por mayor valor de la tierra (Resultado por tenencia) en Argentina es negativo, aquí el precio de la tierra, fruto de la inestabilidad política, económica y de las perspectivas negativas, hace que el precio de la tierra haya caído como mínimo un 20% en estos años.

En resumen, la rentabilidad anual del negocio agrícola es baja en todo el mundo comparado con la rentabilidad promedio del sector industrial y de servicios. Es tan baja, que, en Europa y Japón para asegurar la soberanía alimentaria, se subsidia fuertemente a sus productores agropecuarios.

Pero en Argentina el efecto de las retenciones y tipo de cambio intervenido, hace que la rentabilidad agrícola, real (ajustada por el clima) este cerca del ser quebranto.

Es por eso que según los datos del INDEC entre los dos últimos censos agropecuarios se perdió el 29% de las empresas agropecuarias, siendo el sector económico que más se achico en estos últimos 20 años. Con los datos oficiales, si un economista o un político justifica las retenciones agropecuarias por ganancias extraordinarias, o es desinformado o mentiroso. Análisis comparado de Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia 20 años de retenciones muestran el fracaso de la política en Nuestro país.

Miremos nuestros vecinos: Lula y Bolsonaro en Brasil le pagan precio pleno a los productores agrícolas y dólar libre, esto hizo que crecieran los saldos exportables, se estabilizara la economía, que aumentara la inversión productiva, aumento el empleo, cayó la pobreza, crecieran fuertemente los saldos exportables, se estabilizo la macro economía, con caída notable y sostenida de la inflación y alimentos baratos.

Los fuertes y sostenidos superávit comerciales basados en incrementos de las exportaciones agroindustriales permitieron el crecimiento notable de las reservas, atendiendo sus compromisos financieros internacionales, y esto repercutió en la recuperación de la confianza en la moneda nacional, lo que hace que los sueldos en dólares de Brasil, sean crecientes y hoy mayores a los de nuestro país. Lo mismo hizo Mujica y Tabaré en Uruguay, Evo Morales en Bolivia, y en Paraguay. Nosotros seguimos con políticas anacrónicas y reaccionarias que nos empobrecen.

El Hueco Fiscal

En muchos sectores sociales y políticos de nuestro país, incluso que apoyan y valoran al campo se afirma casi sin análisis que la crisis fiscal crónica hace imposible eliminar las retenciones al agro.

Pero hagamos un ejercicio analítico para ver si esta creencia es real. Según el proyecto de presupuesto del 2022 que fue rechazado en el Congreso Nacional, se estimaba recaudar alrededor de 1 billón de pesos en el año 2022 por retenciones al agro. Si se eliminan las retenciones tendremos un bache de 1 billón de pesos.

¿Cómo lo compensamos?

1) Crecimiento del PBI. Estimamos que la eliminación de las retenciones puede generar un aumento de la actividad económica de un 3% adicional en el PBI. Esto generaría un aumento de recaudación de 1% del PBI. (Casi la mitad de la recaudación de retenciones).

2) La eliminación de las retenciones, hará subir la ganancia del agro, y la recaudación del impuesto a las ganancias en un 30% del monto de las retenciones estimadas. O el 0,65% del PBI: Este impuesto además llegara por la ley de coparticipación a las provincias.

3) Aumento del empleo: No está tan claro cuánto empleo se genera en el sector agroindustrial, pero estimaciones muy moderadas estiman en alrededor de 2.500.000 de empleos, si la producción aumenta un 30% el incremento teórico directo seria de 750.000 empleos. Pero estimemos que son 300.000 empleos en toda la cadena. Esto permitirá un ahorro en planes sociales de alrededor de 60.000/80.000 millones de pesos. (0,15%del PBI).

4) Por supuesto que estos números teóricos pueden tener desfasajes temporales, por eso sugerimos que se suspenda por 3 años, el régimen de promoción Industrial de Tierra del Fuego, esto nos permitiría recuperar 220.000 millones de pesos (costo fiscal previsto en el presupuesto 2022), y nos daría margen para subsidiar los 8.000 empleos directos que generan las 6 ensambladoras activas en esta región. Como, además, se suspendería la protección arancelaria que reciben los productos ensamblados allí, podría lograrse en los productos electrónicos rebajas de un 30% lo que aliviaría en mucho el bolsillo de los argentinos de todo el país.

Impacto en las arcas de las Provincias

Sumado estos cuatro aspectos, cubrimos sobradamente el hueco fiscal que deja la eliminación de las retenciones. Pero, además, se produce un aumento de la recaudación de las provincias agropecuarias. En el caso de Santa Fe, el presupuesto 2022 estima recursos por 850.000 millones de pesos. Al eliminarse las retenciones crecimiento de la actividad económica en 20% anual, lo que generara un salto de la recaudación de recursos propios (39% del total de recursos) de 66.000 millones de pesos.

Además, llegaran más recursos por aumento del impuesto a las ganancias de 16.000 millones de pesos. Lo que hace un total de 82.000 millones de pesos. Lo que permitirá, por ejemplo, duplicar el presupuesto anual de obras. Esta mejora beneficiara a todas las provincias con producción agropecuaria.

El control del tipo de cambio

En Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay el productor agropecuario recibe el precio pleno y al tipo de cambio libre por eso en promedio en esos países un productor recibe un 200% más que en Argentina.

Hoy, la combinación letal de retenciones y tipo de cambio congelado están fundiendo al sector primario y están paralizando el efecto multiplicador que empuja desde abajo al sector agroindustrial, que es el único que genera divisas netas, que necesitamos para estabilizar la macroeconomía y para lograr encauzar un crecimiento moderado.

Nos parece razonable copiar el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso Nacional, referido a la promoción de la industria del petróleo y del gas, allí propone eliminar el impuesto a las ganancias y darle libre disponibilidad de divisas a las empresas, sobre el excedente producido el año 2020.

Creemos que lo mismo debe ser ofrecido al sector primario, para dejarlo en igualdad de condiciones a los otros sectores y sobre todo por el impacto inmediato en la generación de divisas. Impacto Adicional: Si aumenta la producción un 20% podríamos prever que el saldo exportable crecerá alrededor de 10.000 millones de dólares, con lo que el efecto macro económico y en las perspectivas seguramente generará un efecto confianza que impactará favorablemente re alimentando este proceso virtuoso.

Argentina está en una crisis crónica profunda, hagamos lo que hacen Brasil, Uruguay, Bolivia y Paraguay. Dejemos al sector más atomizado y nacional, de la economía liberar sus fuerzas y podremos reconstruir la riqueza de nuestro país.

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