Esta es la carta:
Carta Abierta de los/as trabajadores/as de SanCor Coop. Unidas Ltda. a las autoridades del Ministerio de Trabajo de la Nación, a la conducción de la Asociación de trabajadores de la Industria lechera (ATILRA) y a la sociedad en general
Los/as trabajadores de la empresa SanCor Cooperativas Unidas Limitada. nos dirigimos a ustedes por este medio, para expresarnos en relación a la crítica situación que estamos atravesando en cuanto a la pérdida de fuentes de trabajo, las suspensiones sin goce de sueldo, los salarios y aguinaldos adeudados a todo el personal y el incumplimiento por parte de la empresa del pago a los trabajadores que en su momento aceptaron los retiros voluntarios anticipados y/o las desvinculaciones acordadas.
Es de conocimiento público que SanCor atraviesa desde hace tiempo, una seria crisis financiera que la llevó a cerrar Plantas Industriales, sucursales de venta y otras dependencias comerciales en casi todo el país. Los empresarios vendieron a lo largo de los últimos cuatro años, diferentes establecimientos productivos, marcas registradas, inmuebles y participaciones en negocios relacionados con la industria láctea.
Todo este proceso de reconversión impactó desde el primer momento sobre nuestros bolsillos. Estuvimos meses sin percibir nuestros salarios, años sin cobrar aguinaldos o los aumentos que, mientras tanto, recibía el resto del sector. Incluso la empresa llegó a pactar con ATILRA, un descuento del 15% en el sueldo de cada trabajador de SanCor, durante el término de un año, como un aporte “solidario” para la cooperativa. Nunca nos devolvieron un peso de ese aporte forzoso, pese al compromiso asumido por el gremio.
Junto con el gravísimo perjuicio económico descripto, se avanzó en la reducción de la planta de trabajadores, que pasó de ser de casi 5.000 operarios en 2017 a solo 1800 en la actualidad. La mitad estamos suspendidos, sin goce de sueldo. Por su parte, los retiros voluntarios y los acuerdos de desvinculación fueron verdaderos despidos encubiertos. La empresa ni siquiera cumple con los montos y los plazos pactados, obligando a que varios de nosotros no tengamos más opción que recurrir a la justicia y esperar años para cobrar.
A pesar de la reducción de personal y de costos operativos, a pesar de haber vendido activos por millones de U$S, a pesar de que los proveedores resignaron cobrar sus deudas, hasta en un 60%, y a pesar de los créditos, subsidios, condonación de deudas y plazos que los sucesivos gobiernos le han otorgado, los trabajadores junto a nuestras familias seguimos pasando hambre y miseria. Mientras tanto, el gremio nunca impulsó un plan de lucha por nuestros derechos.
El sindicato no puede negar los hechos que mencionamos. Ellos garantizaron este tremendo ataque a sus afiliados, desde el momento en que se presentó junto a la empresa, en el Ministerio de Trabajo de la Nación, a homologar un acuerdo (Expdte. 1759638/17 y sus sucesivas ampliaciones) en el que presta conformidad para las suspensiones, los descuentos, y los despidos al 50%, tal y como sucedió con los trabajadores de los Centros de Distribución de Tucumán, Córdoba, Mar del Plata y Bahía Blanca.
A comienzos de este año, se desmanteló la rama completa de repositores (alrededor de 400 operarios), se concentraron tareas administrativas en la casa matriz de la localidad de Sunchales, Santa Fe, eliminando puestos en el Centro de Distribución de Bs. As. y se inició una notoria persecución gremial contra todos aquellos trabajadores que demostrasen algún tipo de malestar o expresaran solidaridad hacia los compañeros afectados por esta situación. Como señalamos anteriormente, todos estos trabajadores no están percibiendo sus salarios, tan solo la empresa les deposita $ 10.000 mensuales, amparándose en el mencionado pacto, firmado con la conducción de ATILRA.
No hace falta decir que con esta cifra insólita nadie puede sobrevivir, mucho menos una familia. Tanto la empresa, como el gremio y el Estado nos han abandonado y nos condenan a la miseria y a pasar hambre. Sobre todo si se tiene en cuenta que en este contexto de pandemia, se hace imposible conseguir otras fuentes de ingreso.
Necesitamos una respuesta urgente de parte de los funcionarios del Ministerio de Trabajo y del sindicato. Vienen prometiendo soluciones hace años, pero nosotros estamos en una situación cada vez más crítica. En particular, ATILRA que ahora nos llama a esperar que Sancor repunte con nuevos acuerdos. No podemos entender que aquellos que tienen que defender y velar porque se cumplan nuestros derechos, se hayan colocado del lado de una empresa que ataca y viola permanentemente los derechos laborales. Y no podemos seguir esperando.
Es por eso que trabajadores de distintas provincias del país hemos comenzado a organizarnos por nuestra cuenta, impulsando reuniones y exponiendo nuestra situación a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Estamos decididos a pelear por nuestros puestos de trabajo y por recuperar lo que SanCor nos ha quitado. Somos concientes de que lo correcto sería que esto sucediese como resultado de la acción gremial, pero ante la pasividad y el silencio cómplice, nos vemos obligados a organizarnos y salir a reclamar por nuestra cuenta.
Hacemos un llamamiento a todos los trabajadores de la industria láctea en particular y de todos las ramas en general, a toda la sociedad, para solidarizarse con nuestros reclamos y acompañarnos en esta lucha que estamos decididos a llevar adelante hasta recuperar lo que es nuestro por derecho.
Comisión de trabajadores de SanCor en lucha