La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) estableció a comienzos de semana valores de referencia para las exportaciones de leche en polvo (LEP) y leche modificada en polvo. Según explicaron desde el organismo, la medida busca transparentar las operaciones del sector, evitando maniobras abusivas que afectan los ingresos fiscales y la correcta liquidación de divisas.
Ecos365 consultó a algunos empresarios lácteos sobre una normativa que, cabe remarcar, ya se ha impuesto en los últimos años para combatir la “subfacturación” en las ventas al exterior. Y debe advertirse que no aplica solo para la LEP, porque desde 2020 se fijaron precios testigo para más de 20 complejos exportadores, tras haber sido desarticulados durante el gobierno anterior.
“Se especializan en embarrar la cancha”, fue la reflexión de un importante industrial ante la consulta de este miedo. Y otro referente del sector, concluyó: “son cosas que no ayudan a la hora de agilizar el comercio exterior”
El “canal rojo”
La Resolución General 5363 fijó un precio testigo por kilo que varía entre 3,46 y 4,13 dólares según la composición del producto para las exportaciones que tengan como destino varias naciones de América, la Unión Europa, el continente africano y Asia.
Sin embargo, el valor en el mercado de la leche en polvo no es el que se fija, “sino que es más bajo”, coincidieron los industriales. Y explicaron: “si uno concreta una exportación por debajo del valor en cuestión, la operación pasa por el canal rojo”.
Precisamente, se denomina así a las operaciones que originan una investigación para determinar si se realizó de manera correcta o no. De esta manera, AFIP intenta fortalecer su capacidad de fiscalización del comercio exterior, pero está claro que la medida termina siendo engorrosa para el sector.