Luego de un año de aumento sostenido, dos firmas líderes de la cuenca lechera santafesina comunicaron a los productores lecheros que este mes recibirán el mismo valor que por la leche de julio. El escenario de la cadena se complejiza llegando la primavera.

En julio del año pasado, luego de un breve estancamiento en el valor percibido por el tambero, el precio al productor comenzó a escalar en forma sostenida, oscilando entre un 5 y un 8% mensual, alcanzando en 12 meses un 75,4% de aumento interanual, que permitió a los tambos superar el incremento del costo de producción (69,4%) y obtener la actualización necesaria para volver a la línea de rentabilidad positiva.

Según se desprende de la información relevada por la Dirección Nacional de Lechería, desde principios de este año los productores de leche pudieron recuperar adecuadamente sus ingresos con aumentos sostenidos que sólo se desaceleraron con la última liquidación del mes de agosto, cuando el incremento por la materia prima no llegó a superar la inflación mensual (IPC).

De acuerdo a un sondeo preliminar de este medio en las grandes empresas que marcan el termómetro de los precios al productor, las liquidaciones de septiembre (leche de agosto) ya no vendrán con aumento, siendo así el primer freno luego de un año completo con incrementos significativos.

En el corazón de la cuenca lechera santafesina, las dos líderes de la captación de materia prima ya comunicaron a sus remitentes que este mes recibirán el mismo valor que por la leche de julio, esto es entre 32 y 33 $/litro de promedio general.

Primavera anticipada

Entre los factores que podrían explicar esta desaceleración del precio al productor, que sigue siendo rentable para el tambo ordenado, se destacan por un lado, el firme crecimiento de la producción nacional con un 5% interanual, aún sin haber llegado al pico estacional de producción que suele darse en octubre/noviembre; y por el otro, una fuerte caída en el consumo interno de lácteos que, según el Observatorio de la Cadena Láctea (Ocla) fue de 7,9% en el período enero-junio.

Se suma a este escenario, la incertidumbre de las empresas respecto al mercado externo, el cual sigue demandante para los productos argentinos, pero con precios descendentes y problemas logísticos de disponibilidad de buques y contenedores para concretar las operaciones ya cerradas.

En este combo hay que buscar entonces las razones de este freno a los aumentos que se da anticipadamente antes de la primavera.

Menos consumo

Según el informe de consumo interno del Ocla, se produjo “una baja importante en leches fluidas (-16%) y en leches en polvo (-15%) y un crecimiento en casi todos los productos que presentaron fuertes bajas en 2020 como, postres, leches saborizadas, ya que con los retrasos de precios que se dieron hasta principios de año (precios máximos y precios cuidados), hubo una recomposición de los volúmenes vendidos de esos productos que cayeron fuertemente el año pasado”.

Sin embargo, el mismo reporte aclara: “en escenarios como el actual, donde hay un fuerte deterioro de los ingresos reales de la población, hacen que proliferen las ventas informales que obviamente ninguna estadística puede registrar”.

Balance positivo

Aunque parezca contradictorio, a la cadena láctea en su conjunto los números finales todavía parecen cerrarle.

La facturación sectorial del mes de julio fue de $ 86.009 millones, acumulando un 70,7% interanual, según los resultados de la cadena de valor publicados por el Ocla en base a los datos que releva el Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos (Iapuco). “Esta facturación es superior a los indicadores del mercado (IPC: 51,8% y US$: 34,7%), y el Valor del Litro Equivalente se incrementó un 64,6%, con lo cual el resto fue por mayor volumen (+3,5%)”.

Yendo al detalle, el resultado sectorial fue positivo en $ 3.772 millones, una mejora de más de $ 4.000 millones respecto al año anterior que había sido negativo en $ 341 millones. Considerando los dos eslabones productivos principales, el sector primario ganó $ 1.053 millones, mientras que el industrial obtuvo $ 2.718 millones.

Es decir, los aumentos sostenidos que recibió el productor desde principios de año, sirvieron para apuntalar este resultado positivo, permitiéndole una participación en el negocio del 36,7% del valor final, mientras que la industria retrocedió levemente a un 28,4%. El resto de la torta se reparte en el sector comercial 18,6% y el Estado con un 16,3% (sólo considerando impuestos a la venta).

Un dato interesante que destaca el Ocla, es que “el poder de compra industrial se incrementó un 97,9% en julio respecto a igual mes del año anterior, llegando a una cifra de $ 35,64/litro cuando el precio real liquidado por el Panel de 18 industrias fue de $ 32,75”.

Esto se relaciona con otro factor igual de importante para el análisis: “los ingresos de la cadena se vinieron recuperando ya que estaban restringidos en el plano interno por precios máximos y precios cuidados y un consumo similar al año anterior. En el mercado externo, los mejores precios internacionales, incentivaron las exportaciones que crecieron un 13,0% en litros equivalentes entre enero-julio 2021 respecto a igual período anterior, pero lamentablemente el retraso cambiario que se agudiza en los últimos meses, restringe los ingresos del sector”.

Rentabilidad estable

En línea con este artículo, el Ocla coincide en que “a pesar de un probable sostenimiento de los precios de la leche al productor (precios de agosto muy similares a julio) y con el mantenimiento del precio de los granos y una mejora en los precios de la vaca de conserva, es altamente probable que los resultados del sector primario continúen dentro de la zona de números positivos”, en referencia a los datos de agosto que se conocerán en los próximos días.

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